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Miedo a la transparencia en el Gil-Albert

El momento social, político, que estamos viviendo es el del cuestionamiento de las estructuras anquilosadas. Los ciudadanos demandan transparencia y el uso de la razón y del buen gobierno para todos. En esta necesidad de crear los instrumentos para el ejercicio de una sociedad libre, democrática, se ve como necesario la elaboración, y publicación de un proyecto que defina claramente cuáles van a ser las pautas, los objetivos, los procesos en los que concretar las ideas a las que los partidos políticos se deben, y que, por su propia condición, deben respetar.

Es excesivamente gravosa la dinámica establecida por los viejos partidos, que han estado durante demasiados años anclados en fórmulas arbitrarias, que con pequeños gestos han movido la ciudad, la cultura, nuestros recursos, olvidando con el paso de las legislaturas algo tan importante como es el servicio democrático a la sociedad. Por ello no entendemos cómo la Diputación de Alicante, en especial el Gil-Albert, ante esta demanda explícita de renovación, de transparencia, sigue la pauta de dar sus cargos a dedo. Pero todavía es más sorprendente que, después de doce años en el cargo, se vuelva a nombrar a Juana María Balsalobre como directora del Departamento de Artes Plásticas. Después de doce años sin conocerse realmente cuál era su proyecto, evidentemente debía tener alguno, pero en este tiempo no se ha notado. Pensamos que ya no son suficientes los buenos propósitos, estos se tienen que demostrar con resultados óptimos, atendiendo a un documento donde se concreten cuáles son las directrices, la filosofía que debe asumir una institución provincial como es el Gil-Albert, sus objetivos, y los medios para llevarlos a cabo. Lo que se demanda es el ejercicio democrático por el cual cualquier proyecto pueda competir abiertamente con otros, para que un jurado de expertos seleccione el mejor, siendo todos puestos a disposición del público. J. M. Balsalobre merece todos los respetos como persona, pero su gestión no. Por lo que no entendemos por qué se le premia.

¿Acaso el arte realizado en la provincia ha conseguido algún tipo de proyección? Estamos ante una gestora de arte que apenas ha visitado algún estudio de artista, ni ha realizado algo tan básico para la gestión del arte en la provincia como es un censo de los artistas de la provincia de Alicante?. Pero, claro, sin proyecto no se le pueden pedir responsabilidades. Mantener a una persona en el cargo sin proyecto se ha demostrado que es un ejercicio de poder que no lleva a nada. ¿Por qué se teme tanto abrir un debate en el que se definan las líneas de actuación, los criterios? Se van a cumplir, con esta nueva legislatura, 16 años de más de lo mismo, sin saber cómo se va a llevar la gestión de la cultura en esta provincia. ¿Por qué se teme tanto a la democracia?

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