Svetlana Aleksiévich es una escritora y periodista de nacionalidad bielorrusa que acaba de ganar el Premio Nobel de literatura y que ha escrito largos y variados reportajes sobre la URSS y el comunismo, muchos de los cuales fueron posteriormente libros.

Bielorrusia es un país situado en Europa del Este, de amplias llanuras y bosques frondosos que cubren más de una tercera parte del mismo, y con más de diez mil lagos, suponiendo un destino turístico intrigante y enigmático.

Paseo con una buena amiga, que también es escritora, por la Explanada de Alicante y me comenta, con un cierto pesar, que antes de Svetlana ha habido otros ciento once galardonados con el Premio Nobel, de los cuales solo trece han sido mujeres. Seguimos andando y me pregunta: «¿Te imaginas lo que debe ser ganar el Premio Nobel?». Le sonrío, y vuelve a preguntarme: «¿Te imaginas viajar a Bielorrusia?».

Y yo le digo lo bonito que es disfrutar del momento que estás viviendo y del camino que recorres y del paisaje que puedas observar, y que la felicidad no está en el final de ese camino o el objetivo propuesto, sino que en el mismo viaje está la causa de la felicidad, y así tenemos que abrir los ojos y no perdernos nada de lo que está pasando a nuestro alrededor, porque ese momento nunca volverá, y es único e irrepetible.

Y recuerdo al genial cantante argentino Alberto Cortez cuando susurraba que prefería antes de llegar pensar que ya iba llegando, y andar por andar andando, y caminar por caminar.

Y mi amiga y yo nos separamos. Y sonríe. Y le digo que voy a leer encantada el único libro de Aleksiévich que ha sido editado en España y cuyo título es Voces de Chernobil. Y que me gustaría tanto viajar a Bielorrusia.

Que como dice Alberto Cortez en sus canciones, creo que vamos a intentarlo.