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F. J. Bernabé

Apuntes

F. J. Bernabé

El precio de ser democrático

No cabe duda de que, a priori, supone una idea de lo más democrática y, sobre el papel, digna de los mayores elogios. El tripartito ilicitano ha decidido convocar unas elecciones para designar a los que van a ser los alcaldes pedáneos de la treintena de pedanías que salpican el municipio de Elche. Y lo hacen por primera vez, rompiendo así una fórmula histórica de designación que consistía, ni más ni menos, en que el alcalde de turno nombraba en cada una de ellas a la persona que consideraba, es decir, a dedo. Pero tampoco cabe duda de que esta osada decisión va a tener un precio, y no estoy hablando de los 10.000 euros que aproximadamente va a costar el proceso para que puedan depositar su papeleta las más de 34.000 personas llamadas a votar. Hablo del precio político. El que más y el que menos ha intentado animar a los suyos para que se presenten y así controlar el cotarro. Ya veremos luego cómo se entiende el alcalde con algún pedáneo que, por ejemplo, sea fiel hasta las trancas a Mercedes Alonso. Por no decir si sale al final elegido y tuviera que despachar con quien forzó la dimisión de la edil socialista Purificación Vives, alguien tan legitimado como cualquiera para optar a ser la voz de sus vecinos ante el Ayuntamiento, pero que ha reconocido tener una empresa sin licencia de actividad, que finalmente fue clausurada, y que tiene, claro está, motivos para que su voz se tenga en cuenta en los despachos. Esto va a tener un precio, y se me antoja que no va a ser barato.

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