Habrá que esperar a las cifras finales del ejercicio para hacer valoraciones definitivas, pero de entrada ya es una buena señal que, gracias a los bonos sociales puestos en marcha por el Ayuntamiento de Alcoy para el autobús urbano, la sangría de pasajeros que se viene registrando desde hace años apunte ahora a un cambio de tendencia.
La tarifa plana para estudiantes, jubilados y parados, además de una buena medida social, es un paso acertado para potenciar el transporte público y evitar el uso masivo de los vehículos privados en una ciudad con problemas de contaminación. Pero todavía queda un largo camino por recorrer, y para ello son necesarias políticas mucho más agresivas que la pseudopeatonalización de la calle San Lorenzo a la que ningún conductor hacía caso, y que al final ha quedado reducida a la nada.
