Van desapareciendo los grandes artífices de lo que debía ser el Elche idealizado. Anteayer fue una persona singular que, por su modestia, intentaba pasar desapercibido: inteligencia preclara, enciclopedia viviente, cuya cota moral, intelectual y humana raya tan alto, que su ejemplo debería marcar la pauta de conducta de quienes figuran al frente de gestionar los destinos de la empresa ciudadana.

Enamorado de su Elig, no reparaba en cuanto le podía costar llevar a cabo tantas realizaciones emprendidas para elevar el nivel cultural de la ciudad: tiempo -dejando el estudio a cargo de los empleados- y dinero - condonó sus honorarios sobre 32 millones de pesetas, del estadio de fútbol que diseñó y dirigió, apechando con los gastos inherentes a su trabajo-.

Suya fue la idea de realizar el montaje del Hort de Baix que, junto con su amigo de promoción Tomás Martínez Blasco, hicieron realidad. Sala de fiestas cuya idea plagiaron después en distintos lugares. Por allí pasaron las mejores orquestas y cantantes del momento: Raphael, Cinco Latinos, Renato Carasone, Alberto Cortez, Laredo y sus violines, Oscar Alemán y su orquesta?

La pista «El huevo», donde celebraban bailes, la transformó en el teatro que es hoy, pudiendo disfrutar, por la equivalencia de una entrada de cine, de los «Festivales de España», ofreciéndonos ballets como el Het Royal Nederlant de los Países Bajos, el del Maurice Bergere de París, figuras como Lutmila Tcherina, o Antonio y Rosario...

Comedias como «Divinas palabras» de Valle Inclán,«Las Mujeres Sabias» de Moliere... con artistas de la talla de Luisa Sala, Nuria Espert, Pastor Serrador, Carlos Lemos, José María Rodero... Primeras figuras del bell canto: como Giusseppe Di Stéfano, Alfredo Kraus, Pilar Lorengar, Pedro Lavirgen... que actuaban en la «Antología de la Zarzuela», o la compañía de ópera del Maio Florentino...

Siempre dispuesto a darlo y darse por su pueblo, presidió varias entidades, presentó exposiciones y a personalidades; magnífico orador, seducía con su fácil verbo, conectando con el auditorio que se mostraba receptivo, creando una corriente comunicativa que se palpaba a través de la atención y silencio que presidía el salón.

La primera vez que lo escuché fue en 1962 en la Peña Madridista, glosando la vida y obra de Miguel Hernández y Federico García Lorca.

En el año 2008, tuve el honor de que me concediera permiso para editar en el PHACE, "Disertaciones", algunas de las tantas en que ha intervenido, aunque se mostrara renuente al no darle importancia a sus actos y escritos, pero siempre he valorado el que tuviera que vencer su proverbial modestia, para conseguir dejara el legado tanto manuscrito como humano.

Adiós maestro, estoy seguro que desde el Parnaso Celestial velarás por tu Elche, nuestro Elche, ¡ojalá, a quienes corresponda, aprendieran de ti!