Ha muerto Fernando Flores Arroyo, alcalde de Alicante (1963-1966) y presidente de la Cámara Oficial de Comercio,Industria y Navegación (1967-1982). Persona afable ,conversador incansable y de una gran lucidez hasta sus últimos momentos. La muerte de su esposa marca un antes y un después en su vida pero don Fernando se reinventa y su espíritu joven le hace llenar su vida a pesar de esa gran ausencia, su verdadero apoyo y bastón.

Era una delicia hablar con Fernando sobre Alicante, su etapa de alcalde y cosas humanas y divinas porque tenía los pies puestos en la tierra. En el chalet de mis primos, sobrinos suyos, resultaba agradable hablar y hablar las tardes de « la mona» sobre mil y unas cuestiones alicantinas. Lástima que no haya escrito una especie de memorias pues descubriríamos cosas muy interesantes de nuestro Alicante. Con él llegaron los primeros estudios de Ciencias Empresariales a la provincia de Alicante. Era muy curioso saber cómo se gestó el traslado de aeropuerto a su actual ubicación en El Altet. O la anécdota de a qué lugar del mundo fueron a parar las piedras del desmonte de La Montanyeta (1931 -1941) con el parón de los tres años de guerra civil.

Planteó a la Compañía de Jesús la Escuela Superior de Ciencias Empresariales siguiendo el modelo de ESTE-Deusto, ESAD- Barcelona e ICADE -Madrid. La primera sede provisional fue en plena Rambla en 1965. Me comentaba que fue el germen de lo que sería la futura Universidad, pero como siempre suele ocurrir con esto de los alcaldes, los gestiona uno y la foto es para los siguientes, me comentaba. Su alcaldía estuvo entre la de Agatángelo Soler y la de José Abad. Fue el cuarto último alcalde del franquismo sin contar a Martínez Aguirre que lo fue en la Transición ya que los dos que le siguieron fueron alcaldes interinos.

En estos casos se suele decir que si fue una buena persona, que lo era, dialogante y conversador, pero muy amable, educado y con sus convicciones muy claras en donde cabía hablar de todo.

Desde mi condición de ciudadano, amistad aparte, he luchado muchas veces en la etapa del PP en el poder local para que tuviese su calle al igual que la tenían sus antecesores. No tuve suerte. Lo seguiré intentando aunque ahora ya no es lo mismo. El me decía dentro de su humildad : «Déjalo Paco, si me da lo mismo». A mí, no. Mi familia siempre le estará agradecida -no es la primera vez que lo digo- como se mostró tras la muerte de mi prima en la Puerta del Mar al ser arrollada por un autobús municipal y la posterior colocación del semáforo en el antiguo hotel Palas. A nivel muy personal, la deferencia de llevarnos a comer en Bilbao cuando iba con su esposa a Mario Conde, y a mí en nuestra etapa universitaria , es de agradecer máxime cuando no tenía ninguna obligación para conmigo. Muchas gracias, Fernando, don Fernando. Mis condolencias a la familia. Retomaremos nuestras conversaciones algún día, más tarde o mas temprano. Seguro. D.E.P.