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Tribuna

El Campello decidirá

Mi vinculación con El Campello, aparte de pasar allí mi tiempo libre, se remonta muchos años atrás. La finca Ca'Terol que antes de su derribo se encontraba en el barrio de la Creu del Campello, era propiedad de mi familia desde comienzos del siglo XIX. En ella vivieron mis tatarabuelos paternos y por ella pasaron casi todos los miembros de la familia. Mi bisabuelo, don José Altamira Moreno, por su matrimonio con doña Rafaela Crevea Cortés, de Concentaina, pasó a disfrutar de esta hermosa finca cuajada de naranjos, almendros y limoneros. A la muerte de sus padres, mi abuelo Rafael Altamira y Crevea y sus hermanas heredaron Ca'Terol. La meteórica carrera profesional de Rafael Altamira, y pese a sus continuos viajes por América y Europa (fue nombrado Juez Permanente del Tribunal de Justicia Internacional de La Haya, donde vivió 14 años), no impidieron que cada vez que regresaba a España, acudiera al Campello, su remanso de paz. Pese a su gran amor a este pueblo alicantino, al que nunca dejó de ensalzar, me temo que son muchos los campelleros que aún ignoran quien fuera este personaje.

El próximo año 2016, se cumplen 150 años de su nacimiento en la ciudad de Alicante y, como directora del Legado Altamira, he querido presentar un programa de actividades, en principio considerado favorablemente, al Ayuntamiento de Alicante, a la Diputación, a la Universidad de Alicante y ¡cómo no!, al nuevo Ayuntamiento de El Campello en homenaje a tan insigne personaje.

No olvido que anteriores ediles campelleros dedicaron un carrer a Altamira, dieron su nombre al Colegio y a la Biblioteca Municipal. En esta ocasión, al mantener una conversación con Benjamín Soler, el nuevo alcalde, me encontré ante un interlocutor sumamente amable y receptivo al que presenté mis peticiones: una exposición en el hall de la Biblioteca Municipal y la proyección de dos documentales comentados en la Sala Ramón Llull, más un concierto con obras de Ruperto Chapí, gran amigo de mi familia, en la Casa de la Cultura y, ¡mi sueño dorado!, colocar en El Campello una escultura de Rafael Altamira. El proyecto pertenece al escultor alicantino Miguel Darío Bañuls, descendiente del gran Vicente Bañúls, escultor e ilustrador, también amigo de mi abuelo, y pienso que enriquecería el legado cultural y artístico del pueblo de El Campello y fortalecería su memoria histórica. Resta esperar la decisión del nuevo consistorio.

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