El PP alcoyano andaba archicontento hasta hace algunos días porque estaba a punto de resolverse una cuestión crucial en esta legislatura: el sueldo de Eduardo Tormo. Su jefe Rafa Miró se había rasgado las vestiduras, subrayando que la valía de su número dos, reputado técnico municipal, no se veía acompañada por la retribución. De hecho Tormo tiene un 75% de libre disposición, que le tocó al PP junto a otra «completa», asignada a Miró, pero, como se ha dicho varias veces, sufre un perjuicio importante con respecto a su retribución como técnico municipal. En este contexto, los populares estaban convencidos de que el alcalde/diputado Antonio Francés iba a obtener la exclusiva en Diputación, lo cual implicaría su renuncia a la del Ayuntamiento, lo cual a su vez supondría completar el salario de Tormo. Un efecto colateral, por tanto, de los acuerdos en la Diputación, que han sucedido al Ayuntamiento de Alicante.
Al final, el cuento de la lechera, porque Francés no ha resultado favorecido en el reparto provincial... e indirectamente Tormo tampoco. Se podría haber perfectamente titulado que «El PP de la Diputación torpedea al de Alcoy», pero habrá que ser cautos y esperar futuros acontecimientos.
Entre todo esto, en el gobierno también ha habido cambios. Como adelantó este diario, Paco Fuster ha acabado su etapa como personal de confianza de Antonio Francés, como en su día la cerró con Pepe Sanus. Ahora, busca nuevos aires, en tanto su plaza ha sido ocupada por Luis Brotons, de la máxima confianza del alcalde -es miembro de la ejecutiva local del PSOE- y que además ha llegado y besado el santo, pues el primer pleno le ha otorgado la compatibilidad con su actividad profesional.
Por último, con todo esto ha quedado en el plano de lo etéreo Mario Santacreu, que renunció a la secretaría municipal por la delegación comarcal de la Diputación... que su partido pretende eliminar. De momento el nombramiento no se ha consumado, por lo que se puede dar la mano con Fuster...
