La del 3 de octubre era una noche especial para el Aula de Cultura de la Fundación de la Caja del Mediterráneo y no quedaba otra que estar allí. Había una función de teatro que a su vez era mucho más que eso. El Autorretrato de un joven capitalista puesto en escena por Alberto San Juan es mucho más que una función al uso. Es poco menos que un acto cívico en donde un actor de éxito narra, en forma de monólogo, su compromiso con la sociedad en la que le ha tocado vivir. Eso arriba, en un escenario desnudo. Porque abajo, en el patio de butacas y en el anfiteatro, otros quinientos espectadores vivieron a su manera el suyo. El del rescate del que fuese un templo de la cultura y de las ideas durante varias décadas.

El impulso de una empresa privada comprometida con la cultura hizo que la sede de Gadea, adormecida durante tanto tiempo fruto del expolio y la pésima gestión sufrida por la otrora todopoderosa CAM, volviese a renacer de sus cenizas. Y regresaron los carteles a sus cristaleras. Y volvió a anunciarse, qué alegría, una programación teatral digna. El Teatro del Mediterráneo abría sus puertas y no podíamos perdérnoslo.

Como me comentaba en el vestíbulo José Luis Ferris con gran satisfacción en el rostro, aquello le recordaba otros tiempos, a tantas noches de gloria, reflexión y debate allí vividas. El aforo se llenó. Y había tanta gente que era imposible reparar en todas las caras conocidas que no faltaron a la cita. Por allí estaban el dramaturgo Rafael González, el actor Toni Misó, el incombustible Juan Luis Mira, y dos exdirectores de este diario que siempre mostraron especial sensibilidad hacia la cultura, José Ramón Giner y Paco Esquivel.

Esperemos, tras este pistoletazo de salida, tras este acto cívico-festivo multitudinario, que las funciones continúen con normalidad. Que Madín Rigual, anfitriona de la Fundación CAM que no perdió detalle desde la fila 2, pueda sentirse orgullosa, codo con codo con los impulsores del proyecto, Ángel Sánchez, Juanjo Llorens, José Ángel García y Marisol Limiñana, de esta preciosa aventura que han emprendido. Cubren un vacío importante en la ciudad. Ahora el público tiene la palabra.