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Reflexiones para una nueva temporada

En este año de elecciones y de cambios de gobierno en los ayuntamientos y diputaciones, el sector de la cultura y de las artes plásticas está a la expectativa de los cambios augurados en la gestión de las salas y centros culturales. Pasados los cien días de rigor, todavía no se conocen cuáles van a ser los proyectos que van a situar a las salas del Ayuntamiento y la Diputación de Alicante, del Gil-Albert, en un sentido o en otro. No se ha reunido el Consejo Local de Cultura que nos prometió constituir el nuevo concejal de Cultura, Daniel Simón, para establecer las líneas generales de un proyecto cultural para la ciudad... ¿Las salas, permanecerán vacías, quién decidirá su programación?

Para iniciar el debate sobre lo que queremos para Alicante, habría que preguntarse cuál es la imagen que damos al visitante. La respuesta es muy pobre, y no responde a la mirada que en la actualidad se está produciendo sobre el arte contemporáneo. El Mubag, museo de Bellas Artes de Alicante, que como tal podría protagonizar reflexiones muy valiosas para entender el posicionamiento de los artistas de Alicante a lo largo de nuestra historia, con respecto a los movimientos internacionales, expone durante los meses de verano las colecciones de abanicos o de productos comerciales chinos. Lo que es significativo de esta decadencia. ¿Y en Diputación, y en el Gil-Albert? No se conoce a las personas a cargo de sus diferentes departamentos, como tampoco se sabe nada de sus proyectos. Bueno, nunca se ha conocido el proyecto de estas instituciones. Estamos a la espera, el sector reclama conocer el proyecto de las instituciones culturales: su presupuesto, una mayor transparencia, pero de momento solo silencio. Este silencio está influyendo en el ambiente. Y es que todo está relacionado. El concejal de Cultura quiere acabar con la etapa anterior y crear una nueva dinámica, lo que todos deseamos. Todo el sector quiere ponerse a trabajar para crear una nueva forma de gestionar la cultura, pero en estos momentos estamos viviendo un vacío que parece que se prolonga excesivamente. ¿Y el MACA y Cigarreras? No se sabe qué va a pasar. El sector reclama la convocatoria pública, para seleccionar a sus directores/as, a través de la presentación de proyectos. Hasta las salas comerciales están paralizadas, sin arriesgar en la producción de exposiciones más comprometidas con una visión personal del arte contemporáneo.

Para cambiar y distanciarse de todo lo anterior, hay que tener un proyecto que en estos momentos no existe. Y contar con verdaderos conocedores que marquen una pauta de modernidad, para saber administrar la importancia que tiene el arte contemporáneo en la evolución de una ciudad. Pasa el tiempo y no hay respuestas. ¿Qué pasa con la cultura?

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