Estos días está en evidencia el aspecto al exterior que se da a quien visita Alicante, resaltándose algunos problemas de mala imagen, ya sea la bochornosa y fluorescente luminaria de un pabellón de casi barraca ferial en el centro del Puerto dedicado a casino de juego y un camaleónico y monstruoso galeón como de cartón piedra en sus aguas más próximas. Me parece muy bien que este nuevo Ayuntamiento se muestre sensible y quiera su enmienda. Por mi parte quiero añadir que cuando paso en coche por la «pista», con velocidad casi de «autopista», que discurre entre la Explanada y el paseo del Puerto, apenas me doy cuenta de la existencia de tal Puerto, una barrera de alto seto, compuesto por degradados cipreses, lo impide. Sólo a través de los bancos de cemento que lo interrumpen a tramos se puede vislumbrar su existencia. Si se quiere vender una atractiva imagen, no hay otra mejor que la de tal paseo del Puerto. Hágase desaparecer la desdichada barrera, ya recortando su altura o sustituyéndola por un colorido parterre y se tendrá una visión del Puerto que todos los alicantinos, y los que no lo son, agradecerán. Estimándolo no solo para nuestro deleite al poderlo mejor contemplar, sino también para que así mejor aprecie Alicante quien nos visite, aunque solo sea fugaz su rápido paso.