n nombre de los pueblos a los que servimos, hemos adoptado una decisión histórica sobre un amplio conjunto de objetivos y metas universales y transformativos de gran alcance y centrados en las personas. Nos comprometemos a trabajar sin descanso a fin de conseguir la plena implementación de esta Agenda para 2030. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible. Nos comprometemos a lograr el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones -económica, social y ambiental-, de forma equilibrada e integrada. También aprovecharemos los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y procuraremos abordar los asuntos pendientes». Eso dice el proyecto de documento final de la cumbre de las Naciones Unidas para el desarrollo después de 2015 (A/69/L.85, de 12 agosto de 2015). Son los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de alcance mundial que los jefes de Estado y de Gobierno y altos representantes, reunidos ahora en las Naciones Unidas en Nueva York del 25 al 27 de septiembre de 2015, con motivo del septuagésimo aniversario de la organización, están acordando estos días.

(Mañana en Cataluña los allí residentes elegirán el Parlamento e indirectamente darán una mayoría parlamentaria a los partidarios, o no, de la segregación, el mayor desafío con que, al parecer, se enfrentan).

«La Carta de las Naciones Unidas comienza con la célebre frase "Nosotros los pueblos" - dice el punto 52 en el apartado en que se hace un llamamiento para cambiar el mundo-. Hoy día, somos "nosotros los pueblos" quienes emprendemos el camino hacia 2030. En nuestro viaje nos acompañarán los gobiernos, así como los parlamentos, el sistema de las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales, las autoridades locales, los pueblos indígenas, la sociedad civil, las empresas y el sector privado, la comunidad científica y académica, y toda la población».

(Perderán la nacionalidad española si se segregan, dice Rajoy; mantendremos la nacionalidad y ofreceremos la nacionalidad catalana a los franceses de la Cerdeña, a los aragoneses, mallorquines, valencianos, dicen los independentistas).

La Agenda establece 17 objetivos, que seguro pueden leer en las páginas de información estos días, que se concretan en 169 metas. El seguimiento y el examen de los objetivos y las metas se llevarán a cabo utilizando un conjunto de indicadores mundiales que se complementarán con indicadores regionales y nacionales formulados por los Estados Miembros.

(¿Cuáles son los objetivos, metas e indicadores de los programas electorales en la votación de mañana? En los medios no he leído ningún programa).

«Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, -añaden los jefes de Estado y de Gobierno y altos representantes- a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales. Estamos resueltos también a crear las condiciones necesarias para un crecimiento económico sostenible, inclusivo y sostenido, una prosperidad compartida y el trabajo decente para todos, teniendo en cuenta los diferentes niveles nacionales de desarrollo y capacidad». Y recuerda la necesidad de que los más ricos destinen el 0,7% de su ingreso nacional bruto (INB) a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y entre un 0,15% y un 0,2% de su INB los países menos adelantados.

(El déficit fiscal de Cataluña supera los 15.000 millones según el conseller de Economía Mas-Colell, hay varias comunidades con un déficit superior, que aportan más de lo que reciben. Como viene a decir el exministro socialista Josep Borrell -«Las cuentas y los cuentos de la independencia»- eso es la política redistributiva fiscal que aporten más las comunidades más ricas).

«Al emprender juntos este gran viaje, prometemos que nadie se quedará atrás. Reconocemos que la dignidad de la persona humana es fundamental, por lo que deseamos ver cumplidos los objetivos y las metas para todas las naciones y los pueblos y para todos los sectores de la sociedad, y -dice la ONU- nos esforzaremos por llegar primero a los más rezagados». Hay prioridades.

La agudización de los nacionalismos son la otra cara de la globalización; la reacción a la multiculturalidad, a la creciente internacionalización, y al mestizaje de la humanidad.