El pasado mes de mayo, las elecciones locales en Elche arrojaron un resultado que algunos deseaban y hasta lucharon por ello contra su propio partido, aún diciendo que pertenecían a él. Tras una legislatura difícil y ardua, de un enorme trabajo y desgaste, el Partido Popular perdió una mayoría absoluta que había costado treinta y dos años alcanzar gracias al esfuerzo de muchos y contra la corriente de unos pocos quienes curiosamente durante muchos años calentaron sillas digitales. Los responsables de esa victoria tienen nombre y apellidos, y al frente de ellos se encuentra Mercedes Alonso. Tras esa victoria no faltaron los y las detractores/as quienes desde dentro y sin pudor, no pudiendo soportarla y decidieron dinamitarla porque no estaban ellos, aunque con escasa fortuna.

En primer lugar, el Partido Popular se ha abierto a todo el mundo que ha querido participar, y ha organizado la primera Convención Local del PP, pero hay quienes prefieren -quizás por vergüenza de aparecer por la sede- utilizar otros medios para pregonar lo que no se atreven o no pueden hacer frente a sus compañeros. Eso, es cobardía. Y lo peor, es que solo proclaman soflamas, no soluciones o reflexiones en positivo. Cada vez se parecen más a quienes detentan actualmente el gobierno municipal. Mucho ruido y pocas nueces.

Además, mucha gente incluso no afiliada, se ha personado en la sede para conocer de primera mano qué es eso de la Convención Municipal y se le ha escuchado. Eso si, hemos notado en falta a quienes desde el cómodo sillón del escritorio o la barra de bar no saben más que criticar con el ánimo de deshacer lo que tanto ha costado hacer. Afortunadamente los firmantes de este escrito y la gran mayoría de militantes no somos todos como los que pretenden «salvar al partido», aquellos que durante mucho tiempo ocuparon puestos de responsabilidad que solo sirvieron para satisfacer pretensiones personales y que persiguieron únicamente algún retoque estético, o se sentaron en las urnas y ahora piden democracia.

En definitiva, se trata de hacer ver, a quien todavía sea tan ingenuo para creerles, que las mismas personas que jamás han permitido el más mínimo atisbo de democracia interna en el PP de Elche cuando han tenido responsabilidad y han utilizado el partido para situarse en los puestos más relevantes de las instituciones públicas durante los últimos 20 años, van a regenerar lo que ellos mismos lastraron cuando pudieron hacer lo que ahora dicen. Vuelven los antiguos fantasmas, aunque eso sí dan menos miedo.

Es necesaria una colaboración y unión entre todos que sea real, no como hasta el momento que ha sido de boquilla, ya que resulta desalentador que personas que en las pasadas elecciones debieron entristecerse por el resultado electoral en Elche, Comunitat y en el resto de España -no sólo en Elche- estuvieran celebrando con la fuerza política que impedía renovar gobierno en Elche su «victoria electoral», o que ese día no se les hubiera visto colaborar como interventores o apoderados en nuestras elecciones locales. Esa es la situación de algunos que dicen ser militantes del PP. Menos mal que son muy pocos, aunque pretendan hacer mucho ruido. De un tiempo a esta parte siempre ha sido así. Una actitud que demuestra poca altura de miras y deja en evidencia que hay quien antepone sus propios intereses -o rencores- personales a los de un proyecto serio, ilusionante, cargado de propuestas y que conforma por primera vez en mucho tiempo el PP ilicitano, capaz de alcanzar la más alta cota en el ámbito municipal, pese a muchos.

Da la impresión que quienes pretendieron machacar al PP en Elche recobren su segunda y hasta tercera juventud, y olviden que quienes puedan seguir renovando este partido habrá de ser gentes con verdadera vocación y no con verdadera ambición, y con una mochila con menos rencor y más ilusión. De buen seguro, que esos «regeneracionistas» no van a colaborar como interventores o apoderados en las próximas elecciones generales. A ninguno de ellos se les vio en las pasadas elecciones apoyando al PP, aunque tampoco se les esperaba. Tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron y poco les importa que en diciembre haya unas elecciones generales en las que España se juega mucho. Ellos van a la suya y así es muy difícil -pero no imposible- construir un nuevo proyecto y recuperar la confianza perdida. Háganse a un lado señoras y señores, su tiempo ya ha pasado, tuvieron la oportunidad y la desperdiciaron. No queremos que vuelvan los VIEJOS FANTASMAS. Nos jugamos mucho.

(*) también firman: José Manuel Martínez Mateu, Rosario Pérez Gómez, Vicente Palazón Caravaca, Francisco Cañete Juárez, Manuel Bo Fernández, Ángel Sánchez Jover y Antonio López Méndez, militantes del Partido Popular de Elche.