Que un programa como Página 2 llegue a su edición número 300 causa una enorme alegría. Máxime cuando sabemos que el programa de Óscar López ha pasado travesías del desierto, temporadas en las que por culpa del retraso en un patrocinio los espectadores aguardábamos hasta seis meses viendo reposiciones en espera de maná nuevo.
Pagina 2 se instala en la tarde de los sábados, emparedado entre otras dos propuestas excelentes, Días de cine y La mitad invisible. Como casi nada es perfecto, pongamos un pero. De Días de cine se va a emitir una versión reducida, solamente la mitad de sus contenidos, que pasarán de los 60 a los 30 minutos. Craso error, pregonamos desde aquí humildemente. Nos bastó ver, a quienes tuvimos a bien quedarnos el jueves hasta las dos de la madrugada despiertos, el programa completo, para constatar que dado el ritmo que le han impreso Elena S. Sánchez y Gerardo Sánchez, los contenidos avanzan sin titubeos, y restarle cualquiera de las piezas para un segundo visionado supone tanto como adulterarlo y convertirlo en otra cosa.
La mitad invisible también cuenta con novedades. A partir de la cuarta entrega el entrañable Juan Carlos Ortega dará el testigo a la escritora Clara Peñalver. Y como es lógico el formato comenzará a ser otro. De mucho prestigio, pero otro. Si de mí dependiera, en vez de tantos documentales repetidos y atemporales, introduciría en estas tardes sabatinas de otoño el Días de cine íntegro, el Atención obras con la agenda teatral y musical, los libros de Página 2 y los viajes de La mitad invisible, potenciando un bloque de producción propia que quitaría y que para sí quisieran las televisiones públicas más prestigiosas. Pero yo no programo. Qué le vamos a hacer.
