Lo que pasa en Orihuela es casi como un cuento de hadas pero sin hadas. Me parece increíble que una concesión municipal, como lo es la «zona azul, que se hizo en 2009, no haya pagado ni una sola mensualidad del dinero recaudado por los controles. ¿Qué clase de contrato se hizo?, ¿cómo es posible que no se le escape al Ayuntamiento ni una multa ni un IBI ni exacción alguna y, sin embargo, les deba la concesionaria todo lo recaudado desde su adjudicación?, ¿de quién será pariente, enchufado o amigo el adjudicatario que no encuentran la forma de que pague? ¿Es que la ley que existe sobre los deberes de los adjudicatarios de servicios ha sido derogada o anulada?.

Por las concejalías que tuvieron potestad para reclamar estos pagos desde la adjudicación han pasado prácticamente todos menos Cambiemos. El señor López Bas, incluso, hizo una demanda cuando era CLr sobre este asunto -por cierto, de la que nunca mas se supo- y, a partir de entonces... Silencio, todos callados. Los ciudadanos pagando y otros haciendo un largo «agosto». Increíble, pero cobrando. Incluso la Corporación, toda ella, ha encontrado el resquicio por donde cobrar unos salarios que, aunque con dudas de algunos de sus superiores, para muchos son de ensueño, aunque ellos los tachen de dignos. Tengamos en cuenta que esos salarios los cobra cualquier «mindundi» en tanto que, digamos desde julio en adelante, nadie pudo prever ni autobuses para los colegios, la atención temprana o que los festejos de la patrona se quedaran prácticamente cohetes, misas y procesiones -por mucho que se rasguen vestiduras-. Pues para todo lo demás sigue corriendo en su contador particular. Para terminar también diré, que no se ha oído nada sobre cuando empieza la construcción del centro de salud del Rabaloche, el futuro del Plan General de Ordenación Urbana o el resto de aquellos millones del Plan Confianza que aún están en el aire, y así un largo etcétera de asuntos pendientes que haría falta un periódico entero para enumerar, ¡Han sido tantos años! Claro que, como lo más importante -sus nóminas- funcionan al ritmo previsto. Todas las demás cosas ya se harán cuando se pueda, porque esas sí son muy difíciles. Con lo que... paciencia oriolanos.