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Francisco Esquivel

Mensajes a trasladar

Después de tres días intensos, se clausuró ayer en Valencia la XV edición del Congreso de la Sociedad Europea para la Investigación Biomédica sobre Alcoholismo. Con lo que los propios del lugar llevan tragándose en relación a la forma de conducirse relevantes próceres, la elección de la sede parece apropiada. Para los especialistas, comprobar que los aborígenes andan en su gran mayoría en unas condiciones razonables debe suministrar datos valiosos de cara a determinar que, a pesar de los malos hábitos que acechan, la capacidad de resistencia a adquirirlos ronda lo beatífico. Un investigador norteamericano puso énfasis en señalar que «el ambiente influye en la genética» y aprovechó para enlazar con el trabajo de la doctora Consuelo Guerri sobre los peligros del botellón. Según el mismo, el vértigo está en que nuestros adolescentes siguen cada vez más el patrón anglosajón por el que la ingesta no acompaña al condumio. De esta forma -advierten los estudiosos- «el alcohol se absorbe más rápido, provoca mucho más daño en el cerebro» y así el consumo intensivo podría inducir «al deterioro de la actividad neuronal». La edil de Juventud del ayuntamiento de Alicante ha de comparecer mañana imputada por tuits redactados años atrás de este tenor: «Este hijo de puta -se ve a Juan Carlos I junto al elefante- ha matado a un ser mejor que los humanos; qué se puede esperar de un tío que disparó a su hermano y lo mató». Mientras el equipo de Gobierno la defendía argumentando que «carece de mala fe» han podido verse a chavales tirados en la calle producto de lo que se meten. Quién sabe si en adelante lo que trasladarán serán conclusiones de expertos para informar a los afectados e instaurarán medidas preventivas. Ni que decir tiene que el congreso de 2016 se celebrará en Alicante, que ya acogió dos. Y a saber si será suficiente.

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