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Francisco José Benito

Mayores, clave para el turismo

La anulación de la adjudicación del programa de vacaciones del Imserso al operador Mundisenior -Viajes Halcón-. La unión de empresas que lleva 25 años ha organizado las vacaciones de los jubilados que peor lo pasan para llegar a final de mes (bien es cierto también que en los últimos años se han colado en los grupos muchos con pensiones generosas, pero es otra cuestión), vuelve a poner en solfa el abandono que sufre de la Administración el sector económico que mejor ha aguantado la crisis en España, y que en la provincia de Alicante mantiene 300.000 puestos de trabajo durante todo el año. No creo que Mariano Rajoy vaya a cometer la torpeza de no solucionar el asunto esta misma semana, a las puertas como estamos de unas elecciones generales -2,5 millones de personas están apuntadas al programa-, pero el mal ya está hecho. Por mucha prisa que se den ahora, podríamos entrar en una batalla legal -Iberia y Alsa no son precisamente unas pymes sin recursos-, y estirar el retraso del inicio de las vacaciones del Imserso a enero de 2016, incluso con otro gobierno en Madrid. Y visto lo visto como se las gastan los emergentes, cualquiera sabe lo que podría salir y qué ideas tendrá sobre el Imserso el futuro ejecutivo central.

Las vacaciones subvencionadas para los jubilados españoles fueron uno de los grandes inventos de Felipe González a principios de los años 80. Permitían que muchos de nuestros mayores disfrutaran de unos días de descanso, algunos por primera vez en su vida pese a pasar con creces de los 60 años, conocieran incluso el mar por primera vez y, además, sirven como acicate para que los dueños de los hoteles no cierren entre octubre y abril, cuando en España prácticamente sólo pueden viajar nuestros mayores. Todo perfecto hasta que llegó Zapatero y congeló la tarifa que cobran los hoteleros, e hizo la primera reducción de las plazas, quizá por aquello de que España era de «champions». Y tras Zapatero, el PP al que hay que aplaudirle algunas maniobras para salvar a España de la catástrofe económica (más macro que micro) pero que en cuanto a la provincia de Alicante se refiere se ha lucido al terminar haciendo seguidismo a la política socialista. Con el agua y después con el Turismo, que ningunea una vez sí y otra también. Primero fue el recorte drástico de los apoyos económicos -ni el 0,7% del presupuesto-, después la inoperancia al tratar de regular el alojamiento sumergido, y ahora la anulación de la adjudicación de las vacaciones del Imserso.

El Ministerio de Hacienda -el tribunal ese tan raro que anuló el viernes el concurso depende de Montoro- ha visto irregularidades en el concurso por el que se adjudicó a Mundisenior el concurso. Y lo ha hecho con el tiempo cumplido, con los jubilados pendientes de la cita con la agencia de viajes y con los hoteleros -60 establecimientos- al borde de un ataque de nervios, el mismo al que se enfrentan los 16.000 trabajadores cuya soldada depende de los 250.000 jubilados que ya estaban haciendo las maletas para venirse a la Costa Blanca.

Para colmo, por cada euro que invierte el Gobierno en las vacaciones sociales recupera 1,5 euros en concepto de IVA y el ahorro en prestaciones sociales. No se entiende ministro Montoro. A los hoteleros alicantinos tampoco les salen las cuentas teniendo que pagar, con los 20 euros que reciben por persona y día, el alojamiento, tres comidas, fiesta y las nóminas de sus trabajadores, pero en el crudo invierno turístico, y no por el clima, de las zonas de sol y playa, los pensionistas son clave, y si no que se lo digan a los trabajadores que cobran a final de mes en invierno gracias a los euros del Imserso.

Y todo con las elecciones a la vuelta de la esquina.

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