Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Sempere

Tribuna

Antonio Sempere

Día 4 que fuera

He visto cosas que no creeríais. En mi pueblo, Villena. Que acaba de vivir las Fiestas de Moros y Cristianos más lluviosas desde 1989. Lo que no ha sido óbice, todo lo contrario, para que los sentimientos se desparramaran del primer al último minuto del 4 al 9 de septiembre.

El día 9, en la Entrada de los nuevos cargos del año 2016 vi lágrimas. Entre quienes desfilaban y alguna que derramaban furtivamente espectadores desde los balcones. Qué preciosa la fiesta en horizontal y en vertical. Y curiosa paradoja en un desfile único que es puro estallido de alegría. Una Entrada rápida, vistosa, inigualable, en la que las composiciones de Gaspar Ángel Tortosa Urrea y Francis J., puro «sonido Villena», aportan una energía irrefrenable.

El día 8, en la Procesión de la Patrona, seguí con embeleso el paso de los diez mil festeros perfectamente uniformados, en un cortejo fluido, sin cortes, seguido por un Paseo de la Virgen de las Virtudes repleto de momentos de emoción. Mientras en otras latitudes discuten sobre la pertinencia de que las autoridades municipales acudan o no a las procesiones, me dio la impresión de que en la procesión villenense estaba presente del primer al último concejal. Todos orgullosísimos. Y mientras en otras latitudes se debate si el himno nacional debe o no debe sonar en los actos oficiales, resulta que en Villena, con una apabullante mayoría absoluta de Los Verdes, el himno sonó cada dos por tres: en cada acto oficial, sí, pero también cada vez que alguna de las 14 comparsas llegaban a su sede social y su enseña cruzaba las puertas.

Cada momento es emotivo e irrepetible, porque en cada instante y a cada gesto las sensaciones se arremolinan a borbotones. Nunca olvidaré cómo volvieron los portadores a la Morenica al final del recorrido, en la calle Mayor, al villenero Pepe Iglesias, número 1 de la comparsa de Estudiantes, venido desde Petrer junto a toda su familia para una cita tan especial.

Iglesias nació enfrente de mi casa, la de mis padres y abuelos. Y en la finca de al lado llegó al mundo Francisco Javier Esquembre, alcalde de Villena, que se convirtió en la noche del 7 de septiembre en protagonista indiscutible de la fiesta, cuando buena parte de la Retreta giró en torno a su carismática figura. Concretamente, 600 socios y simpatizantes, de los 2.000 que componen la comparsa de Piratas, portaban una camiseta verde con su fotografía, todo un icono, y el lema «Villena y el misterioso caso del alcalde robacorazones».

Ese mismo día 7 vi llover, vi gente correr. Pero apenas despejó no faltó nadie a su cita vespertina con el Desfile de la Esperanza y la Ofrenda fundidos en uno. Del mismo modo que el día 6, apenas escampó, después del diluvio universal, un cortejo formado por más de 13.000 personas participó en una Cabalgata para la historia. Pasaban 8 minutos de las cinco de la madrugada cuando las Regidoras llegaron a la altura de la tribuna oficial. Dos horas antes del inicio de la diana del día siguiente. Lo del día 5 fue todavía más heroico, puesto que el bando cristiano desfiló bajo la lluvia mientras un público entregado no dejaba de aplaudir. Aunque para ello tuviésemos que agarrarnos los paraguas con el cuello. Compartiendo 7 horas de desfile con entusiasmo incondicional.

Hace un rato comentaba con el urbanista José Ramón Navarro Vera, eldense y muy conocedor de la tradición villenera porque su hijo Juan Navarro San Pío es profesor de Filosofía en un instituto de la ciudad, que el orgullo que sienten los villeneros de serlo y sus señas de identidad, escapan a los parámetros a los que nos tienen acostumbrados las gentes de aluvión que pueblan estas tierras. Por su parte, para Juan Carlos Vizcaíno, que lo ha sido todo en la Comisión Gestora de las Hogueras de San Juan de Alicante, me cuenta, tras haber participado con la comparsa de Maseros, que las de Villena son las fiestas más bullangueras y apasionadas de la provincia. Poco puedo añadir ante tal afirmación. Si acaso, «día 4 que fuera y lo pasao pasao».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats