Densa en cantidad y en calidades se presenta la muy amplia oferta de festejos septembrinos. Es, a no dudarlo, el período de las grandes ferias de segunda categoría, el más pródigo en cartelerías de arraigadas tradiciones que nacen y se sostienen desde largo tiempo. Cierto que cada mes de la temporada tiene su atractivo, su impronta: Sevilla y Madrid, sobre todos, cubren abril y mayo. Sin olvidar la fallera Valencia. De todas maneras, junto con agosto, con su cumbre de Bilbao, septiembre constituye mes de pródiga taurinidad. Con sus gotas de primera categoría, tales Nimes y un tradicional pero totalmente decadente San Miguel sevillano. Antes también fue la Merced barcelonesa, antes, ya no por la cerril cerrazón de oscuras componendas de negativos sentires. Así pues, de principio a fin, ese septiembre en que Albacete marca la cima de la categoría con su decena de carteles: 7 corridas, 2 novilladas, una más Bilbao, y una de rejones. Claras exigencias, carteles abiertos y una amplia y fiel asistencia de aficionados. Bien merece el calificativo de «Las Ventas» de septiembre. Con tan densa oferta...
A propósito de la bien consolidada Albacete, cabe recordar lo que fue Alicante apenas hace no más de media docena de años. Cuando ofertaba en junio la misma cartelera que Albacete, con el añadido de algún festejo sin picadores a cargo de escolares de avanzada formación. Con otros añadidos de principio y fin de temporada. Tiempo de buen recordar el período en que la empresa Lozano y Pedro Manzanares logró que se televisaran, para toda España, las seis corridas de que se componía la sanjuanera Feria de Hogueras. Siempre con la oferta de un par de divisas de sentido aprecio por parte del aficionado: Palha, Cuadri, Cebada Gago... Pues sí, al menos en lo que al toreo se refiere, sí hubo por estos lares tiempos, comparativamente considerados, mucho mejores que los recientes. «Tempus fugit». Tan densa oferta...
Valladolid, dos tardes con Manzanares, todo un caso de comunión de sentires; Salamanca, aroma de campo charro de toro bravo; pronto Murcia, recupera una corrida y pierde la novillada; luego Guadalajara. Y Nimes en su feria vendimiaria, en la que se anuncia la alternativa de ese Roca, sensación novilleril del año, anda en convalecencia tras su último percance, y la confirmación de López Simón, la triunfadora novedad del escalafón superior, herido en Albacete por un encastado Acurrucén y que anda empeñado en no faltar a la cita nimeña. Cierra Logroño, la del toro de buen trapío; trágica memoria de Pozoblanco, «Paquirri», y ya octubre con Madrid y Zaragoza. Con tan densa oferta. Alicante. Septiembre.
