Habrá que seguir esperando. De todas formas el debate que se crea de forma cíclica en la ciudad en torno a la venida de la Dama de Elche cansa un poco. Yo me imagino a esos miles de ilicitanos en paro, -alrededor de 30.000, aunque la economía sumergida aquí funciona como en ningún lado- pensando cada mañana en el busto ibérico. Me da que no van por ahí los tiros. Visto desde fuera simplemente parece una disputa política. Porque esta vez la culpa no la tiene el «tri-partito», ya que el PP de Alonso lo intentó con su amigo Rajoy, pero no hubo forma de convencer al ilustre gallego. Así que, de momento, nos tendremos que contentar en ir a Madrid a ver la escultura o leer la Dama de las Camelias, que puede aleccionar a más de un@ aunque tenga menos años de historia.
