Las dramáticas imágenes de refugiados, agolpados en estaciones de tren con el objeto de obtener asilo en el continente, han evidenciado (de nuevo) la incapacidad de la UE para afrontar problemas de envergadura. Solo faltó la pornografía sentimental practicada con la foto del niño sirio fallecido en las costas griegas para reforzar la impotencia europea: hashtags de lamento, «hay que hacer algo»? pero solo una nación, Alemania, a la altura de las circunstancias. Veamos.

Cuatro años después de iniciarse la guerra civil en Siria (con más de 200.000 muertos y cuatro millones de desplazados), sus ciudadanos tratan de huir del horror camino de Alemania, identificado como el único país dispuesto a acogerlos ante las reticencias (más de la mitad de la opinión pública francesa se opone a una política generosa de acogida) o la hostilidad (caso del gobierno húngaro, evacuando a los migrantes en campos de concentración) de parte de la UE.

En España, la situación no es mejor: pese a la reacción de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de crear una red de ciudades-refugio que acoja a los desplazados, el Gobierno era reacio a las cuotas impulsadas por Alemania (postura parcialmente rectificada), mientras Financial Times dejaba en mal lugar la asistencia prestada a los refugiados en España: vamos a Alemania, decían, porque a los seis meses de estar aquí sigues en la calle.

En cualquier caso, el problema acaba de comenzar. Y ya que no queremos atajar la raíz del mismo (luchar palmo a palmo contra Estado Islámico en Siria, por el coste que ello implicaría), hora será de replantearse si Europa puede seguir siendo un balneario viejo y decadente? que tampoco quiere paliar su caída demográfica con el beneficio económico que, a largo plazo, genera la emigración.

El dedo en la llaga de los refugiados

y hikikomori en Japón

La Nación destacaba las declaraciones de la canciller alemana, Angela Merkel, en el sentido de que si no hay un reparto justo entre los socios europeos de los casi 800.000 refugiados que pueden llegar al continente durante 2015 corre peligro la aplicación del Tratado de Schengen (que permite el libre tránsito de ciudadanos entre los estados miembros de la UE). Supuso una clara advertencia a ciertos países del Este, dispuestos a bloquear cualquier acuerdo al respecto.

Clarín llamaba la atención sobre un fenómeno extendido en Japón (y menos visible, pero también existente, en otras sociedades): el de los hikikomori o «aislados», alrededor de un millón de jóvenes nipones que, tras haber abandonado los estudios, permanecen encerrados en sus casas (a veces, durante décadas) para no tener que enfrentarse a una sociedad exigente, donde ser mediocre o fallar no se considera una opción.

Siguen los desahucios y a qué escuela ir

Time resaltaba que, aunque Grecia ha centrado la atención económica durante los últimos meses, el drama de los desahucios sigue presente en España (pese a la mejora macroeconómica reciente). Para ello incluía el trabajo fotográfico de Andrés Kudacki, de Associated Press, quién durante tres años ha recorrido el país para retratar el problema y cuyas imágenes han sido exhibidas en el certamen de periodismo fotográfico Visa pour l´image, que se celebra anualmente en Perpiñán.

The Daily Telegraph ofrecía consejos para encontrar escuela a ciudadanos británicos con hijos, dispuestos a instalarse en España de modo prolongado. En ese sentido, llamaba la atención sobre la existencia de tres tipos de centros: públicos, concertados -una opción intermedia, subvencionada en parte y con mejores recursos que los públicos- y privados. También resaltaba que enviar a los hijos a centros españoles facilitaba su integración en el país.

Pacto Springer-Samsung y el problema de los bloqueadores

Clases de Periodismo destacaba, tras varios años de intercambios de puntos de vista, el acuerdo alcanzado entre el grupo de medios de comunicación alemán Axel Springer y la empresa de telefonía Samsung, con el objetivo de producir contenido exclusivo para móviles. El plan piloto para desarrollar esta alianza se aplicará, inicialmente, en Alemania y Polonia, con la desarrollo de una plataforma informativa.

Media-tics resaltaba el creciente uso de bloqueadores de publicidad digital por parte de los usuarios de móvil (plataforma mayoritariamente empleada para consumir información). Cada vez se tolera menos la publicidad «invasiva» de la era industrial y ello genera una vía insuficiente de ingresos en aquellos medios cuyo modelo de negocio se basa en los anuncios (a lo que se añade el hecho de que una «visita móvil» tiene menos valor que una «visita desde el ordenador»).