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Manolo Alarcón

Tribuna

M. Alarcón

El caso Dinoco

El charco en el que está metido el equipo de gobierno de Orihuela con el «caso Dinoco» va creciendo por una cuestión difícil de entender cuando quedan menos de 4 meses para que la Generalitat tenga, por ley, que tomar las riendas de la gestión de la atención temprana en la Comunitat, lo que incluye también a los 140 niños que se atienden aquí, y los responsables municipales han tenido a bien reanudar en agosto un expediente abierto en septiembre de 2014 por el bipartito (PSOE y Los Verdes) -y después paralizado- para su privatización, una palabra que los padres ni quieren oír.

Es innegable el esfuerzo que este equipo de gobierno, como los anteriores, ha hecho con el dinero de todos los oriolanos para garantizar un servicio gratuito que nadie pone en duda ni critica porque está de sobra justificado, aunque nadie se preocupara en años de darle una fórmula legal siendo como es dinero público. Y ni siquiera cuando la Generalitat dejó de aportar su parte del convenio hace más de dos años, algo que nunca se notó en la atención que reciben los niños porque Orihuela redobló esfuerzos una vez más. Saber por qué hay que licitar algo a estas alturas es lo que se hace difícil de entender y mira que ha salido el alcalde Emilio Bascuñana y el portavoz Francisco Sáez a tratar de explicarlo. Quizá lo mejor, o lo más fácil, sería seguir firmando facturas con reparo, como se viene haciendo de forma irregular todo este 2015 (y no sólo con este asunto) y esperar a ver qué pasa con esta patata caliente (otra) que tendrá que asumir la Generalitat en enero de 2016. ¿Es que hay prisas?

El Ayuntamiento se ha buscado un problema con unos padres hipersensibilizados a los que por mucho que les quieran dar razones (que no razonar) no le van a entender porque Dinoco forma parte de sus vidas porque en un momento dado la asociación, que no son más que otras familias con problemas parecidos, les dieron las esperanzas y las fuerzas que necesitaban para seguir adelante en su lucha. En definitiva, les dieron un camino al que seguir y al que aferrarse. Y si nosotros no entendemos esto de anunciar la privatización ahora; los padres, bastante menos.

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