Parece ser que la irrupción de nuevas formaciones políticas en la Diputación producirá los efectos deseados por la ciudadanía: desfacer los numerosos entuertos que se establecieron durante los dos mandatos anteriores al del último finiquitado, por obra y gracia de las mayorías absolutas de los populares y... con la connivencia del otro partido mayoritario. Unos y otros practicaron en demasía, durante más de una década, el «do ut des», a base de disfrutar todos ellos, 31, de la dedicación exclusiva, lo que les supuso disfrutar de unos más que considerables sueldos, que siempre hemos tachado de indecentes al resultar inversamente proporcionales a la dedicación de los diputados, muy escasa, y a su responsabilidad, prácticamente nula.

Afortunadamente, tras las pasadas elecciones de mayo, se ha puesto fin a las mayorías absolutas y? al bipartidismo, al integrarse en el ente provincial otros partidos dispuestos a poner fin a tanto desaguisado subsistente.

Los populares precisan ahora de la colaboración de Ciutadans para la toma de sus decisiones. En la sesión plenaria en la que se aprobaron los sueldos de los diecinueve diputados con dedicación exclusiva contaron con el voto decisivo del único miembro de aquel partido para su aprobación, resultando todos ellos agraciados con cantidades abusivas al sobrepasar las asignadas al presidente de la Generalitat. Pero la reacción negativa del portavoz de Compromís, considerándolos excesivos en un 20%, y las incesantes protestas de la ciudadanía han propiciado que la formación de Albert Rivera haya rectificado su posicionamiento inicial retirándole el «nihil obstat» prestado, y anunciando la presentación de una propuesta basada en que ningún diputado cuente con unos haberes superiores a los del president. Postura de una lógica aplastante por cuanto que su dedicación y responsabilidad se hallan a años luz de las de aquellos, por lo que habrá una reducción importante con respecto a las cantidades aprobadas en el pasado mes de julio.

Si bien es cierto que tales sueldos son casi idénticos a los que rigieron en el mandato anterior, no por ello dejan de ser abusivos. Así lo reconoció de inmediato el portavoz de Compromís al afirmar que «por dedicarle a la Diputación diez horas semanales no se puede cobrar seis veces más que un ciudadano normal».

También se ha pronunciado últimamente el Consell en el sentido de que se prohibirá, vía legislativa, que ningún diputado cuente con unos haberes superiores a los del jefe del Ejecutivo. Resulta inaudito que se tenga que imponer por ley que ninguno de ellos pueda percibir unas cantidades superiores a aquel cuando la razón y el sentido común así lo avalan.

Por otra parte, para que los ediles-diputados puedan compaginar sus actividades municipales y provinciales, deberían desarrollarse estas últimas por las tardes y? así se evitaría que, como ocurrió durante el mandato anterior, a algunos de ellos se les autorizara, incomprensiblemente, ejercer sus profesiones al tener libres las tardes.

En cuanto a la propuesta del diputado de Ciudadanos a presentar en el próximo pleno, nuestro parecer es que el sueldo del presidente no se puede igualar ni mucho menos con el del president, atendiendo a los parámetros de dedicación y responsabilidad. Ni tampoco los haberes de los diecinueve con exclusiva a los de los consellers en cuanto que a ninguno de estos se les ha ocurrido alguna vez compaginar su cargo con el del ejercicio de su profesión, simplemente por no disponer de tiempo libre suficiente. En esto consiste la dedicación exclusiva y no en acceder algún rato por las mañanas al Palacio Provincial.

Por todo ello venimos afirmando, desde hace años, sin temor a equivocarnos que pocos humanos pueden alardear, como ellos, de ganar tanto trabajando tan poco.

Consideramos procedente hacer tabla rasa de los sueldos que han venido disfrutando los diputados por obra y gracia de las mayorías absolutas de los populares en connivencia con los socialistas en los mandatos anteriores.

Gracias a las nuevas formaciones, Compromís, Ciutadans? se pondrá fin a tantos desaguisados detestados por la ciudadanía y otros como el haber acumulado el Presidente, aunque haya sido por muy poco tiempo, sus cargos con el de diputado autonómico.

Reducir esos haberes así como el número de altos cargos y el de asesores, no conceder compatibilidad alguna para ejercer sus profesiones sin renunciar previamente a la dedicación exclusiva, programar más actividades por las tardes para compaginar mejor ambos cargos. Estas son algunas de las tareas a realizar.