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Desde mi terraza

Luis De Castro

Los premios Ceres

La semana pasada se celebró la IV Gala de entrega de Premios del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, con un lleno absoluto del maravilloso teatro romano. Es la cuarta edición de estos premios, en un festival que cuenta ya 61 ediciones, y que se pronostica como la última subvencionada por la Junta de Extremadura; el coste de la misma (se habla de más de 500. 000 euros) se considera demasiado elevado para el erario público, y se continuará celebrando si el capital privado responde a la llamada del presidente Fernández Vara. Estamos de acuerdo en que lo principal es el festival en sí mismo, pero es bien cierto que esta gala es la guinda de la tarta de un evento de gran aceptación popular. Muchos han sido este año los espectáculos que colocaron el cartel de «agotadas las localidades», y muy especialmente La Asamblea de las Mujeres, de Aristófanes, dirigida por Juan Echanove y con un reparto multiestelar que ha supuesto, además, la reaparición de quien -para quien escribe- es uno de los mejores actores españoles: Pedro Mari Sánchez. Estos premios tienen la peculiaridad de que no abarcan concretamente las representaciones del festival sino que premian a los trabajos teatrales celebrados en el ámbito nacional durante todo el año, desde la óptica de un jurado formado por periodistas y gentes del teatro, presidido este año por Antonio Resines. Nada que objetar a los premios concedidos este año, en general muy merecidos, pero de los que me gustaría destacar el de Pedro Casablanc (mejor actor) por dos de sus trabajos en la temporada anterior. Casablanc no es un «actor-estrella», es un actor concienzudo y personal, de los que se suele decir que nunca está mal, y que se le reconoce por sus numerosos trabajos en importantes series televisivas. Junto a él, el también poco conocido -todavía- del gran público, el valenciano Carles Alfaro, que recibió el merecidísimo premio al mejor director por esa pequeña joya chejoviana que es Atchusssssss. Finalmente, quiero destacar el premio al mejor espectáculo recaído en El Rei Lear, el fantástico montaje de Lluís Pasqual para el Teatre Lliure al frente de una excelente y numerosa compañía capitaneada por la siempre grande Nuria Espert, y que ha supuesto un acontecimiento artístico en la temporada barcelonesa. El Premio Emérita Augusta fue para José Sacristán por toda su trayectoria teatral, y que le fue entregado por su amiga Concha Velasco, momento que sin duda fue lo mejor de la noche. Sacristán estuvo sincero, emotivo, con su triste sentido del humor habitual pero demostrando que es un verdadero representante de los sufridos y entregados cómicos de toda la vida, al igual que Concha Velasco: supuso un momento de complicidad entre ambos, y una gozada para el espectador televisivo verles recibir el plausos de los tres mil espectadores que abarrotaban el recinto, puestos en pie. El realizador Manuel Palacios dirigió la gala siguiendo las pautas de ediciones anteriores, la interrelación de los dioses con los humanos, esta vez mediante fragmentos de obras clásicas en las voces de numerosos actores jóvenes, incluida la veterana Tina Sainz en una entrañable aparición. Pero?. Ojo! La fórmula empieza a agotarse y corre el peligro de convertirse en más de lo mismo. La inclusión de la técnica, de la luz y el sonido utilizando la belleza de la gran columnata del escenario puede llegar a cansar. Me parece que seguir por el mismo camino puede resultar peligroso para el desarrollo de las futuras (esperemos) galas.

Y en este rincón del Mediterráneo llamado Alicante se está produciendo la gala final del verano 2015 con dos sainetes, por no llamarlos dos malas comedias: las vulgares, obscenas y cutres conversaciones entre un empresario (también estrella) y el director general de una banca local y comunitaria, teniendo como escenario a los citados, un yate de lujo y unas jóvenes prostitutas portuguesas. Por otro lado, y para completar el cutrerío que empieza a ser característica de nuestra ciudad, la ex alcaldesa Castedo se ha descolgado con un video en el que la eximia, al ritmo de «Paco, Paco, Paco que mi Paco», junto a otra señora (sic), protestan por la intención de los nuevos gobernantes municipales de trasladar a un parque las famosas setas que inundaron la calle San Francisco, y cuya instalación supuso el gran hito en el mandado de la ex Alcaldesa de las Flores. Para llorar.

La Perla. «Cuando los dioses quieren castigarnos escuchan nuestras plegarias» (Arquíloco, poeta griego del siglo VII a.C.) Frase estelar de Meryl Streep en la película Memorias de África.

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