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Manolo Alarcón

Impuestos y comparaciones

Decía esta semana en una comparecencia el portavoz de Ciudadanos en Orihuela, Juan Ignacio López-Bas, algo así como que recibimos por lo que pagamos. Y lo hacía porque tiene la convicción de que puede convencer al alcalde en minoría, Emilio Bascuñana (PP), de que ya es hora, después de más de 20 años, de reajustar al alza el impuesto más importante del municipio: el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). Y no lo hacía por una cuestión baladí, lo justificaba comparándose con Torrevieja -un municipio de parecido padrón- donde el reparto de ingreso/gasto público por habitante supone algo más de 1.100 euros por barba mientras en Orihuela se queda en 750 euros. Consecuentemente con ello, llegaba a una conclusión: un torrevejense recibe más que un oriolano por los servicios de su comunidad; y eso tiene una solución: pagar más y recibir más.

Y en los tiempos que corren es un desafío decir que uno lo que está planteando para mejorar Orihuela es «redistribuir» -como afirmó- el IBI. Y lo es porque no estamos acostumbrados a tanta valentía o atrevimiento (elijan ustedes) y menos en un político a los dos meses de haber sido elegido, y al que si ya se le pasó esa idea por la cabeza durante la campaña electoral estoy seguro que no se la llegó a prometer a nadie por mucho que crea en ella o pueda tener razón. Y ya les digo yo que no hace falta una auditoría como plantea para ver que algunos de los servicios esenciales de Orihuela son un desastre; simplemente, hay que constatar que las decenas de millones de euros recibidos de planes de todo pelo durante años parece que se han ido por el sumidero sin que este esfuerzo haya servido para modernizar un municipio que debería ser modelo patrimonial pero sólo languidece. Pero, sobre todo, lo que me pregunto es si los servicios que da Torrevieja son 350 euros mejores que los de Orihuela por barba.

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