Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi terraza

Luis De Castro

Festivales

Con el final del verano llega también el final de los festivales artísticos que se extienden por toda España durante dos meses. Mérida y Almagro son sin duda las ciudades con los festivales más famosos y probablemente con mayor interés: el primero orientado hacia el teatro clásico, esencialmente del Siglo de Oro español, y el de Mérida al teatro grecolatino. Pero también en Perelada, Niebla, Olite, San Javier, Sagunto, Cartagena?y hasta en Elche (La Alcudia) se celebran festivales que se van consolidando. Precisamente el Festival de Mérida celebrará su clausura este jueves 27 de Agosto con la Gala de Entrega de los Premios Ceres, y que será retransmitida por la 2 de TVE aunque en diferido; ya saben, el teatro siempre en segundo término. Esta gala ha provocado la renuncia de dos de los premiados a recoger su galardón, por considerar un derroche de dinero público (se habla de 600.000 euros de coste) que debería -según ellos- ser empleado como ayuda a las compañías de teatro extremeñas. Estamos en el discurso de siempre y en el agravio comparativo, cuando en realidad no debería ser excluyente. El Festival de Mérida ha supuesto una revitalización de la capital de Extremadura, y la gala final es un acierto incluso desde el punto de vista de promoción de la ciudad. ¿Y Alicante? Pues en Alicante nada de nada, otro verano con sequedad ambiental, climatológica y artística. Y me sigue sorprendiendo la incapacidad de esta ciudad para mantener la continuidad de estas manifestaciones artísticas. Los festivales del Puerto gozaron del favor popular en los tiempos del concejal Pamblanco, hasta que llegó otro concejal de Fiestas y los dejó morir ; de haberse consolidado los que se celebraban en el recinto arqueológico de Lucentum, los últimos celebrados en nuestro ámbito geográfico, con los diputados de cultura Pedro Romero y más tarde Miguel Valor, también hoy tendrían ya cierta solera. Pero los cambios políticos tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación, curiosamente protagonizados por miembros del mismo partido (PP) acabaron con las veladas que animaban las noches de verano, siendo bien recibidas tanto por los alicantinos como por los visitantes, y constituyendo un acicate para el turismo. Bien, ahora parece que los vientos vuelven a soplar a favor de restaurar los festivales de verano en la ciudad; el nuevo concejal de cultura Daniel Simón tiene in mente la celebración de un buen encuentro artístico, incluyendo la extensión a los barrios. No es mala idea, ya en tiempos del Concejal Bernicola (q.e.p.d.) se hizo, con gran aceptación. El problema es la inversión que supondría la duplicidad de escenarios, pero quizás una solución más asequible sería extender el festival base cada año a un barrio o zona geográfica, en una especie de Off-Festival de corte popular pero cuidando mucho la calidad. Es una idea que lanzo por si resulta de utilidad.

Pero además de festivales artísticos no podemos olvidar que se celebran otros festivales en España teniendo como protagonistas a los animales; ya hablé de ello hace dos semanas, pero no conviene olvidar que se siguen celebrando y cada vez con mayor número de víctimas humanas. Sn ir más lejos: el próximo 15 de Septiembre, y si Dios y/o la Autoridad no lo remedia, volverá a celebrarse el Torneo del Toro de la Vega en la ciudad de Tordesillas, provincia de Valladolid; fiesta declarada de Interés Artístico Regional, que como el lector sabe consiste en azuzar a un toro desde la ciudad al campo, donde será lanceado por bravos lugareños a pie y a caballo hasta acabar con la vida del animal. Ni el mismísimo secretario general del Partido Socialista Pedro Sánchez ha conseguido que el alcalde de la localidad, que pertenece al mismo partido, desista del «festejo» por considerar que la tradición se impone ya que la bárbara costumbre se mantiene desde la época medieval. Por este razonamiento, ¿por qué no se mantiene también la Inquisición, por poner un ejemplo extremo? De locos. Los que discrepamos de esta barbarie, que ya somos legión, deberíamos presentarnos ese día en la localidad castellana pertrechados de agua, víveres y sacos de dormir para no hacer el menor gasto que beneficie al pueblo, y tratar de, si no es posible impedirlo, al menos hacer patente la más rotunda protesta ante un acto tan incivilizado. ¿Quién se anima?

La Perla. «En el teatro conviene siempre ser interesante más que preciso, porque el espectador lo perdona todo menos la pesadez» (Voltaire).

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats