Pero no solo española... el cine marca momentos estelares en la vida de todos nosotros. Si algo me emociona es comparar cada momento de una vida con un breve fotograma de una de esas «pelis» que a todos nos ha marcado desde la infancia hasta ahora. Cuando vuelvo a Italia, como esta vez, me imagino pegada como ese «ladronzuelo» de Vittorio de Sica, y el «peque» ayudante a la vitrina de una Roma de posguerra donde unos pocos solo podían permitirse el escaparate de los pasteles, más jugosos que nunca a la vista del hambre. Pero, ojo, lo digo porque desde entonces hasta ahora, que en el Pabellón de Espaaa de la Expo he podido ver trocitos del espíritu levantino (desde gastronomía hasta esencia pura de azahar conceptual), Italia es una segunda casa para todos los españoles y más todavía para los mediterráneamente hispanos... desde el norte al sur, es tierra de cultura común y hospitalidad gemela, que se palpa en cada aroma de sus empedradas calles o en su maravillosa forma de seguir siendo lo que son, cultura latina con el mejor estilo. Pero si la expo me ha parecido un acierto increíble de Milán y una buena acción de nuestra cultura en ella, que sin embargo no ha destacado en la prensa en unos momentos en los que los tabloides y la televisión solo están a «otra cosa», más increíble me ha parecido la visita al Festival de Locarno. Como decía tengo la de parecer italiana también en eso de la «gran famiglia...» así que me he instalado tan ancha y tan pancha con mi «caro figlio» en casa de mis primos para poder disfrutar y aprender de uno de los grandes eventos que admiro. Y mira por dónde voy y me encuentro con dos sorpresas. La primera que Carmen Maura como todo en esta tierra nuestra de Iberia, un verdadero icono por toda la Europa culta, que conocen nuestro cine mejor que nostros y que adoran talentos como los nuestros, incluyendo el cine valenciano, y que, para alucine mío, piensan mejor de nosotros y nuestra cultura que nosotros mismos. Desde Il Rivellino, la galería de vanguardia de míos queridos Pablo y Arminio Sciolli, uno de esos milagros de la cultura que milagros de independencia, «avantgarde» y mucha locura genial, puedo decir hoy que espero que nuestra Alicante, a la que adoro y a la que le debo tanto, empiece a valorar las iniciativas que tanto hacen algunos y que tanto nos siguen haciendo falta. Desde aquí, y aprovecho, agradecida por tanto amor que me han hecho llegar por mi cumple desde mi tierra, solo digo que me gustaría que mi casa, mi ciudad, mi provincia y mi Comunidad empiece a respirar de nuevo ganas de hacer más, más más. Con todos mis respetos y esperando que nadie se moleste (porque soy más consciente que nadie de lo difícil que es...) se echa de menos aires de cultura urbana, ganas de revolver el armario del pensamiento y construir iniciativas, movimiento, marea de ideas, germen de «revolución» cultural y evolución, rincones de arte, pura creatividad y ese aire que tanto aprecia uno cuando siente que existen ganas de prosperar. Todo eso, ojo, hablo también de la gente de la calle, de la sociedad civil, porque no solo el poder, los gobiernos y las instituciones son el motor. Eso sí, para ello la querida y prosaica banca esperemos que algún día recoja la palabra industria cultural en su catálogo de prioridades, porque sino mal vamos.... En fin, que el verano, como decía uno.., es para las bicicletas, pero también las que mueven, azuzando, el pensamiento con su trasiego... Feliz domingo.