Pocas, muy pocas veces a lo largo de mi vida, he tenido la sensación de este nudo en la garganta que advierte que algo te ha llegado al alma, un sentimiento muy difícil de asimilar y menos creértelo, y que no esperas que se produzca.

Recibí la noticia del fallecimiento de mi gran amigo, compañero de profesión Ángel García Alonso, durante muchos años ejerciendo de fotoperiodista en la provincia de alicante, años dificiles como reportero, y tremendamente importantes para el desarrollo de una actividad que nos tocó vivir, años apasionantes y trascendentes dentro de nuestra profesión, muchas veces incomprendida incluso poco valorada.

Pero ahí estuvo Ángel García dando el callo, convirtiendo el negativo en positivo con sus fotografías, sin horario sin días festivos, lo mismo estaba fotografiando un suceso en algún pueblo de la provincia, una entrevista o un partido de futbol. Horas de soledad dentro de un laboratorio con una luz roja como única compañía, intentando sacar la foto mas periodística para ilustrar la noticia al día siguiente.

Años difíciles, luchando por dignificar la profesión, Angelín, fue un guerrero en defensa del periodismo gráfico, algo consiguió, el cariño, el aprecio de todos los que trabajaron con él, a los actuales fotoperiodistas, ejemplo de maestría y experiencia de una profesión llena de sensibilidad.

Estoy seguro amigo, que allí donde estés irás cargado con tu bolsa, con una máquina para fotografiar sentimientos, buenos o malos, es igual, pero reales sin trucos, no se te escapará un balón ni los recuerdos y la historia gráfica de nuestro Alicante ahí está plasmada en el día a día de tu profesión periodística que tanto has amado, eso es imborrable, querido Angelín.