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Apuntes

Javier Prats

¿Dónde está el dinero?

Mi compañero de Deportes Emilio Munera se hacía una pregunta esta semana en un brillante comentario: ¿Dónde están los 60 millones que ingresó el Elche en los dos últimos años por derechos de televisión? Supongo que esa es la pregunta del millón y que solamente deben saber responderla José Sepulcre y su directiva. Lo cierto es que el descenso del Elche no sólo ha sido un duro golpe para los aficionados ilicitanos, sino que es un revés imprevisto y cruel para los diferentes sectores económicos de la ciudad: la hostelería, el turismo, la planta hotelera... y, sobre todo, la imagen de cara al exterior. Qué mejor publicidad que esos segundos impagables de televisión hablando y viendo jugar al Elche de Escribá. ¿Se puede promocionar mejor a una ciudad en España y en el mundo?...

Y la cosa ha podido ser peor, aunque perdonen por mi escepticismo, todavía no me creo que el equipo no pueda desaparecer. Si el club está en Segunda como mal menor es gracias a una serie de empresarios y a las gestiones que se han realizado desde el Ayuntamiento que han salido al rescate de un club que agoniza. Cuanta incapacidad ha demostrado Juan Anguix, que venía como salvador, y que ha dejado al Elche en la UCI con una losa de 50 millones de euros y el consiguiente concurso de acreedores. Pero ¿no iba a traer él y los suyos el dinero para reflotar al club que había hundido Sepulcre? Todo mentira, todo una gran farsa, una indignante y asquerosa farsa como, en definitiva, es este mundillo del fútbol, incluida la propia Liga. También a la propia Mercedes Alonso se le deberían pedir responsabilidades al haber propiciado «el golpe de estado» que alzó a la presidencia a Juan Anguix.

Este éxito entre comillas -no deja de ser un fracaso absoluto bajar de categoría cuando en el campo te has ganado la permanencia- se lo debemos a las intensas gestiones realizadas desde el Ayuntamiento. El alcalde no ha tenido más remedio que subirse al carro ante el clamor popular y junto a la edil de Deportes han realizado un brillante trabajo aglutinando a los empresarios o, mejor dicho, «presionando» a los únicos que tienen el dinero suficiente para reflotar un club muerto. Un trabajo muy eficaz y desinteresado porque las instituciones no están para ayudar a las sociedades anónimas por más que duela a los aficionados que lleven el club ilicitano en su corazón. El Elche despierta unos sentimientos muy profundos con los que unos pocos han jugado de forma vil y torticera. ¡Que lo paguen los culpables!..

Ahora todo depende de los empresarios (qué bien se ha vuelto a portar Juan Perán) o más bien de la gestora que se ha hecho cargo del marrón. Hasta el propio juez que lleva el concurso de acreedores reconoce que la actual situación de la entidad franjiverde reviste una especial complejidad debido a una larga lista de acreedores.

Lo ocurrido es muy lamentable aunque ya saben que dicen que hace falta perder para empezar a ganar. Lo negativo de todo esto es que hay personas que ganen o pierdan no saben qué suelo pisan.

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