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Francisco Esquivel

En el clavo

El barómetro del cis ha hablado y, según las deducciones, el 41,2 por cien de los españoles cree que la situación económica es mala y un 25,8, muy mala. Pero no se queda ahí. Para el 78,8%, las mayores fatiguitas las provoca el paro y un 43,7 se siente aún turulato por el azote corrupteril. Deducción: el pepé sube tres puntos en estimación de voto y aumenta su ventaja sobre el inmediato perseguidor. La reacción de César Luena, secretario de organización de la plebe perseguidora, ha dado en el clavo: «Los datos demuestran que la recuperación electoral del pesoe está en marcha desde hace tiempo y esto se debe a que hemos consolidado los cambios y a que el liderazgo de Pedro Sánchez se ha consolidado». Como ven, todo consolidadísimo. Tanto que el sucesor de Rubalcaba ha descendido hasta el tercer puesto como líder más valorado, donde sigue por encima de un Rajoy que no levanta cabeza, aunque sus votantes lo mantengan en pie. Cada uno se agarra a lo que puede: los socialistas al voto directo, que les sale decentito y, los gobernantes, al diseño de venta de motos emprendido. Y mientras las formaciones emergentes se la pegan, cómo estaremos para que el escrutinio sociológico dé la razón a Zapatero, quien acaba de sentenciar que «contra el bipartidismo vivíamos mejor». Igual es que, llegado el trance de darle la vuelta completa a la tortilla, nos puede la añoranza. Todo esto está ahí, lo difícil es entenderlo. Hombre, algo estarán poniendo los nuevos de su parte para este desvanecimiento nada más subir al podio. Y, en cuanto a los de siempre, saben que continúan señalados pero que son muchos años. El pepé cuenta con la ventaja de su piel de cocodrilo y que cuando mata, mata de verdad. El pesoe acaba de pasar por las armas a Carmona, ex de Carmena, que rajará hasta debajo del agua para conseguir el trasvase. De Sánchez, claro.

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