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Puertas al campo

Sentimientos de la Nación

Esta es una propuesta revolucionaria aunque, por respeto a mis 750 palabras, voy a resumirla manteniendo la numeración original: y añadiendo entre paréntesis algún comentario bienintencionado intentando ver si se trata de un programa electoral o una propuesta reciente en España.

5. «Que la Soberanía dimana inmediatamente del Pueblo, el que sólo quiere depositarla en el Supremo Congreso Nacional (...), compuestos de representantes de las provincias (...)». (Empezamos bien: el soberano es el pueblo y actúa a través de sus representantes ya que resulta un poco complicado estar convocando un referéndum cada dos por tres, aunque no vendría mal hacerlo de vez en cuando. Como en Suiza, por ejemplo).

6. «Que los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial estén divididos en los cuerpos compatibles para ejercerlos». (Lo mismo: es la división de poderes clásica desde que Montesquieu la propuso y los sistemas parlamentarios se la saltan ya que el que manda en el Legislativo es también el jefe del Ejecutivo con capacidad para nombrar a gente de su «cuerda» en el Judicial. Nada es perfecto).

7. «Que funcionarán cuatro años los vocales, turnándose, saliendo los más antiguos para que ocupen el lugar los nuevos electos». (Esto no suena a España, donde los cargos pueden ser eternos y, si se sale de uno, se le busca al interfecto o interfecta un puesto decente en otro lugar).

8. «La dotación de los vocales será una congrua suficiente y no superflua, y no pasará por ahora, de (...)». (Ahí la cosa se pone chunga ya que los que deciden su salario son precisamente los perceptores del mismo).

9. «Que los empleos solo los (autóctonos) los obtengan». (Suena al inconsciente de España, pero pocos se atreven a plantearlo en campaña electoral -haberlos haylos-. Muchos lo piensan).

10. «Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir y libres de toda sospecha». (Una inmigración «razonable» parece «razonable», no venga a ser que vienen los de fuera a quitarnos nuestros puestos. Forasters vindran que de casa mos traurán, decían en la Valencia de los años 50).

12. «Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y del tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto». (Rarísimo: un legislativo que luche contra la desigualdad y evite los males que se producen en los dos extremos de la sociedad cuando la desigualdad se dispara).

20. «Que las tropas extranjeras, o de otro Reino, no pisen nuestro suelo; y si fuere en ayuda no estarán donde la Suprema Junta». (USA firma con España el pacto para la presencia de 3.500 «marines». Parece que el texto no se refiere a España).

21. «Que no se hagan expediciones fuera de los límites del Reino, especialmente ultramarinas, pero se autorizan las que no son de esta clase para propagar la fe a nuestros hermanos tierradentro».

¿Qué, qué, qué dice? ¿Que los cargos no son para siempre, que han de ser pagados con moderación, que nada de que vengan extranjeros, que nuestro ejército no vaya al Líbano, Afganistán, Yemen, Ruanda o Haití? No se preocupe. Faltan algunos artículos importantes:

2. «Que la religión católica sea la única, sin tolerancia de otra». (Bravo: la religión verdadera debe tener derechos sobre todas las demás imponiendo sus preceptos a creyentes y no creyentes en el terreno que, por lo visto, les obsesiona: el sexo).

3. «Que todos sus ministros se sustenten de todos y solo los diezmos y primicias, y el pueblo no tenga que pagar más obvenciones que las de su devoción y ofrenda». (Es una contrapartida: si van a mandar tanto, lo lógico es que, en compensación, vivan de sus fieles, forma absolutamente definitoria de quiénes están con ellos y quiénes no).

Ufff, qué respiro. Lo malo es que lo que a unos gusta a otros disgusta y viceversa. Encima, el documento se titula como esta colaboración y eso de «sentimiento» va a sonar mal a los de más allá, que temen que eso de la Nación sea un sentimiento y no un «plebiscito cotidiano» o «comunidad de hombres -y mujeres- de un determinado territorio». Aclarémonos. Se trata de una selección de los 22 puntos que José María Morelos y Pavón presentó el 14 de septiembre de 1913 en plena efervescencia de la independencia mexicana. Por eso su punto 1, con el que se inicia, dice «que la América es libre e independiente de España y de toda otra Nación, o Monarquía y que así se sancione, dando el mundo las razones». Que algunos de sus puntos sigan siendo un problema en nuestros días (la xenofobia o la intolerancia religiosa) llama la atención. Pero más llama la atención que propusiese soluciones a otros problemas que siguen siendo tales (la duración de los cargos y el pago que se recibe por los mismos, por ejemplo).

Razones, sí, no solo sentimientos. Y en esas estamos en estas campañas. Las de aquí, digo. Sobre todo la que viene.

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