Los países de América Latina venían sufriendo, desde las últimas décadas, las divisiones ideológicas y políticas, que aportan los movimientos del capitalismo sin escrúpulos y del marxismo militante. Estas divisiones tenían sus repercusiones en la misma Iglesia. La Conferencia Episcopal Latinoamericana convirtió en temas centrales de estudio estas desviaciones ideológicas y sociales, y fue dando una respuesta continua a estos movimientos ideológicos, hasta el punto de llegar a recibir, por parte de Juan Pablo II, la denominación de «Continente de la Esperanza». El Papa actual, Francisco, nacido en Argentina, primer Papa Latinoamericano, en su primera visita pontificia al Continente Hispanoamericano, se ha encontrado ya con «Iglesias más serenas en la comunión, que están viviendo la Conferencia de Aparecida, la misión continental y la esperanza plenamente». Precisamente, el autor principal del programa para la Iglesia en el Continente Latinoamericano fue el entonces arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Bergoglio, quien presidía la Comisión de la redacción del texto, y que hoy es el Papa, Francisco. En la actual visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, el Papa acentuaba, en su primer discurso en Ecuador, que «hay que apoyar los actuales logros en progreso y desarrollo, que se están consiguiendo, para garantizar un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía tiene toda la América Latina». Las palabras del Papa, Francisco, han entusiasmado, y ese entusiasmo desbordante se manifiesta en la asistencia casi millonaria que llena todos los actos oficiales del Sumo Pontífice, Francisco, primer Papa Latinoamericano.