Pese a que el 99,6% de los ensayos clínicos contra el alzhéimer han fracasado, y que se calcula que en 15 años habrá en España, unos siete millones de afectados, los científicos siguen afanándose por encontrar una cura. De momento, existen algunos resultados esperanzadores:

Por una parte, la neurobióloga Joy Yu, de la empresa estadounidense Genentech, ha publicado recientemente un tratamiento enormemente eficaz, y probado hasta la fecha con ratas y monos, que permite prevenir la acumulación de un producto patológico que se genera en el cerebro de los enfermos de Alzheimer. Se trata concretamente de unas placas de beta-amiloide que proliferan en el encéfalo y se cree causantes de la enfermedad.

Por otra parte, neurocientíficos del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig (Alemania) realizaron un doble experimento con personas sanas y pacientes con Alzheimer, demostrando que la música, o el recuerdo de ciertas canciones significativas, es inmune a la enfermedad. De hecho, muchos afectados no saben ni su nombre pero reconocen las canciones que les emocionaron. Esto sucede, al parecer, porque la música se aloja en zonas del cerebro diferentes de las áreas donde se guardan los otros recuerdos. Concretamente se demostró que, al rememorar las canciones, se producía una mayor activación del giro cingulado anterior. Y precisamente, esta zona se atrofia con el avance de la enfermedad hasta 50 veces menos que otras zonas del cerebro. Pero lo más sorprendente es que, la actividad de dicha área cerebral, puede llegar incluso a mejorar en los enfermos de Alzhéimer. En otras palabras, podría tratarse de la región que compensa la pérdida de funcionalidad de las otras.

Cuanto más avanzamos en el estudio de esta enfermedad, más nos damos cuenta de que la emoción es la puerta al recuerdo, y que los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa; como lo son los recuerdos musicales, pero también los futboleros.

Efectivamente, en 2014, un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, demostró que hablar de fútbol ayuda a las personas con Azheimer y deterioro cognitivo, mejorando su memoria, atención y estado de ánimo. También ellos coincidían en que el Alzheimer no borra las emociones, y así, basándose en la terapia de reminiscencia, elaboraron ejercicios para recuperar la memoria con pruebas de recuerdo del nombre de jugadores de fútbol de hace 40 años. Los resultados fueron sorprendentemente positivos.