Ya lo hemos constatado. Los primeros Juegos Europeos celebrados en Bakú (Azerbaiyán), han creado tendencia. Convirtiéndose en trendig topic mundial. De hecho en la prensa no se ha hablado de otra cosa. Las secciones deportivas de los periódicos han abierto sus secciones con lo que se cocía en la competición. Incluso los diarios deportivos han desterrado el fútbol para dejar paso a otras disciplinas minoritarias, tal y como ocurrirá cuando lleguen los Juegos de Río.
En televisión, los informativos se han llenado de Bakú. Incluso en las llamadas de atención de los sumarios, todos incluían algún avance con los contenidos de la jornada. Las emisoras de radio también han hecho lo propio, y el canal Teledeporte, que se ha encargado de emitir los Juegos casi en su integridad, ha alcanzado registros que no se lograban desde Londres y Atenas. De hecho, la ceremonia inaugural, celebrada en la tarde del 12 de junio, paralizó el país, siendo la foto de portada, por unanimidad, con la que decidieron abrir los diarios al día siguiente. Y la de clausura, el próximo domingo, se espera con ansiedad.
Por supuesto que todo lo dicho hasta aquí, querido lector, no es cierto. Los Juegos Europeos de Bakú, que a punto estuvieron de celebrarse en Valencia (y no sería porque los cabecillas del Instituto Nóos no tentaron lo suficiente al expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps) acaban como empezaron. Sin hacer ruido. Sin que hayan merecido ni una página, ni una crónica, ni un seguimiento mínimo en las principales cabeceras del país.
La señal de Teledeporte ha sido imponente. Pero incluso en este canal los Juegos han sido desterrados por el todopoderoso tenis, por el baloncesto y hasta por el atletismo, arrinconando su emisión en horarios imposibles. Y Valencia se ha ahorrado un montón de millones de euros que vendrán muy bien llegada la hora de sanear las cuentas.
