Me propone mi marido ir a tomar algo esta noche ya veremos dónde y antes ir a ver la película Jurassic World y dar una vuelta por Alicante para disfrutar el ambiente alegre y festivo del verano .

Y me habla de la brillante Jurassic Park de Steven Spielberg en 1993 y de su ilusión porque la secuela que dirige Colin Trevorrow pueda aunar los sorprendentes efectos especiales que las tecnologías actuales puedan ofrecer con un entretenido guión y atractivas interpretaciones.

Y me sigue hablando del Indominus Rex como nuevo tipo de dinosaurio producto de los experimentos genéticos que se hicieron en el parque y que aparece como novedad en la película al lado de otros grandes dinosaurios.

Y acepto su tranquilo plan o propuesta de ir a tomar algo, paseo y cine, y hablando de grandes dinosaurios reflexiono sobre cómo la felicidad está tantas veces en saber apreciar y disfrutar las pequeñas cosas.

Y sonrío al recordar la irónica y graciosa frase de Groucho Marx cuando bromeaba al decir hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.

Y tras leer en el diccionario de la Real Academia de la Lengua que la felicidad es el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien, sonrío también al recordar que siempre que pregunto a las personas que vienen a mi consulta qué les hace felices, no responden como el socarrón Groucho una pequeña mansión o un pequeño yate, sino que me hablan de la sonrisa de su niña, o de ese tiempo que comparten con los amigos el sábado frente a una cerveza bien fría, o de practicar su deporte favorito o de ver una buena película, o de leer un buen libro o dormir la siesta el domingo. Y observó que son pequeñas y cotidianas cosas, la mayor parte de ellas al alcance de todos, pues como dijo Benjamín Franklin, la felicidad humana no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

De manera que acepto encantada el plan propuesto y de camino me voy diciendo que efectivamente muchas veces la felicidad la podemos encontrar en disfrutar de algunas cosas que calificamos de pequeñas pero que pueden proporcionarnos una gran satisfacción, como un paseo por la ciudad, o una agradable cena con tu pareja, o una tarde de cine viendo una pelicula de dinosaurios, o cualquier actividad en la que pongamos toda nuestra atención siempre que la vivamos con serena y tranquila intensidad, y situándonos en el momento presente.