No es fácil ser jurado de Hogueras pero no solamente de las especiales, sino de todas, desde las categorías más bajas que las más altas, y tengo la completa seguridad que a ilusión, trabajo, sacrificio y buena voluntad, para mí todas, pero todas, merecen el premio más importante.

Tuve otro año más el honor de que me eligieran como componente del jurado de hogueras especiales y como presidente, los méritos no los voy a enumerar porque no los sé, pero pongo la mano en el fuego (nunca mejor dicho) por todos y cada uno de los componentes del jurado, gente de un prestigio profesional artístico encomiable, amantes y conocedores de las hogueras y sobre todo de una honestidad fuera de toda duda.

No sé si a José le va la marcha, pero el protagonismo un montón. Reconozco que en los muchos años que lleva metido en nuestras Hogueras, la lucha incansable en defensa de su querida hoguera, Carolinas Altas, no se me ocurre ponerlo en duda, pero matizar que comprendo la defensa de su hoguera, pero también decirle que las otras también existen (al menos para el jurado) y que las valoraciones las discutimos, las estudiamos e intentamos dar un veredicto honesto y, sobre todo, justo.

De intentar polemizar Dios me libre, pero aclarar unos cuantos conceptos posiblemente fruto del cansancio y la tensión que se vive durante estos días, al menos para que a nuestro amigo José, ahora con más calma, le pueda puntualizar que algunas de las afirmaciones que expone en sus declaraciones al periódico no corresponden a la realidad.

El saber de antemano que al vernos «sabía que no ganarían» se introduce en los parámetros de lo irreal, se nota que el cursillo de adivino lo dejó a medias, algunos de los miembros del jurado incluso ya habían visitado su hoguera el día anterior, y de seis minutos nada de nada. Y el miembro del jurado que no entró a la hoguera, considero que no es un argumento válido para poder criticarlo, es que me parece una tontería si así fuese. Todos hemos visto y contemplado la hoguera de todos los ángulos y hemos leído los textos, la tocamos, estudiamos el colorido (todos los miembros del jurado entienden bastante).

No sé si José habrá visitado las otras hogueras, pero lo que sí le aseguro es que hay muchas con mucho mérito, ya no solamente en arte sino llenas de amor por su barrio que se palpa el sacrificio que representa para muchos comisionados y componentes de su hoguera, sin aspavientos ni falsas expectativas, y menos ejerciendo de adivino.

Hemos visto llorar a toda una comisión porque el constructor no había acabado su hoguera, hemos contemplado sitios inadecuados para su montaje, otras pequeñas para la categoría pero grandes en ilusiones y satisfechas pensando en su barrio y en todo lo que representa con su hoguera, la amistad, sin grandes preocupaciones en otorgarse ellos mismos el primer premio.

El año pasado la hoguera Carolinas Altas obtuvo el primer premio. Yo fui jurado y la voté como la mejor, sin desmerecerla, este año no.