Hasta hace poco, muchos médicos y organizaciones profesionales recomendaban que los hombres se hicieran anualmente un análisis del PSA a partir de los 50 años de edad. Sin embargo, las últimas recomendaciones publicadas en 2014 basadas en los resultados de múltiples estudios realizados tanto en Europa como EE UU, establecen que no debe realizarse la determinación del PSA para el screening de cáncer de próstata en varones de cualquier edad sin síntomas. Esto es debido a que esta actuación no ha demostrado reducir la mortalidad y sí aumentar los daños secundarios al proceso de diagnóstico y tratamiento.

El antígeno prostático específico (PSA) es una proteína producida por la próstata que se puede medir mediante un análisis de sangre. Cuanto más elevada sea su concentración, mayor será la posibilidad de que tenga cáncer de próstata. Sin embargo, hay hombres con este cáncer que no presentan concentraciones elevadas de dicha proteína y otros, con otra patología prostática diferente, en los que sí se eleva.

Hoy en día, la mayoría de profesionales sanitarios ya conocen las nuevas recomendaciones, pero la población no, y es frecuente que los varones acudan a las consultas demandando la realización de la prueba. Según el doctor Jesús Romero, jefe de servicio de Urología del Hospital Universitario de San Juan, el motivo por el que lo solicitan es fundamentalmente por influencia de familiares y conocidos. Y de este desconocimiento de la población se aprovechan en muchas clínicas privadas. No es infrecuente comprobar ofertas en los medios de chequeos que incluyen el PSA cuando, además de la recomendación en contra de las autoridades sanitarias, puede llevar a consecuencias indeseables.

Los estudios realizados hasta el momento han observado que la detección del cáncer de próstata en un estadio inicial no reduce la posibilidad de morir por él, es decir, el hecho de encontrar un tumor pequeño no necesariamente hace que sea menor la posibilidad de que el paciente muera. Además, está demostrado que no se trata de un procedimiento inocuo. El hecho de que se detecten tumores que sin el cribado nunca hubieran dado la cara (sobrediagnóstico), lleva a un exceso de tratamiento de los mismos. Todo esto expone a los hombres, innecesariamente, a posibles complicaciones y efectos secundarios adversos como son: sangrados de orina, infecciones urinarias, ingresos hospitalarios e incluso muerte asociados simplemente a las biopsias que se realizan para confirmar los resultados del PSA. También puede ocurrir incontinencia urinaria, impotencia o problemas intestinales como complicaciones de cirugías innecesarias. Por ello, debido a los riesgos y molestias que este cribado causa a los hombres en relación al poco beneficio que se obtiene no compensa realizarlo.

En estos momentos, las agencias de evaluación sanitaria más acreditadas de Europa y Estados Unidos recomiendan no hacerse la prueba porque los perjuicios superan a los beneficios. Afirman que no debe realizarse la determinación del PSA para el screening de cáncer de próstata en varones de cualquier edad sin síntomas, debido a que esta actitud no ha demostrado reducir la mortalidad y sí aumentar los daños secundarios al proceso de diagnóstico y tratamiento, es decir, se producen más daños a la salud que ganancia en salud.

(*) Firman también este artículo Yaiza Galván Félix, Josep León Mengíbar, Héctor Real Gelardo, Ana María Seguí Monllor y Laura Valín Espí, estudiantes de Medicina. Grupo de Abogacía por la Salud de la UMH.