Ataque de nervios? así me ha puesto, con los pelos como escarpias, Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia. Como diría Almodóvar, digno de una buena pata de jamón con la mano detrás de una Carmen Maura maravillosamente Gloria en una de las grandes pelis del Manchego universal. Bueno, solo superado por su andar de tacones esperando que suene el teléfono desesperadamente y, como siempre, por un amor masculino imposible... Porque como diría mi buen amigo Juan Ferrando «hija? como las folclóricas, no te aferres a un imposible», o lo que viene a ser lo mismo «aconsejo a todo aquel que espera inútilmente junto al teléfono una llamada que tire el aparato por la ventana. Es mejor que ahorcarse con el cable. No es cierto que a través del teléfono los seres humanos se comuniquen unos con otros. El teléfono sólo sirve para demostrar al prójimo el escaso interés que nos provoca. Y el contestador se inventó como ayuda del mentiroso»? pues parece que al señor Esteban lo que le pondría, pero mucho, es que ocupemos de nuevo ese lugar. Y lo dice precisamente en una semana que ha convulsionado el país. En este domingo de cambios y de polémica en toda España, un día en el que todo el mundo hablará de lo mismo, toca hablar de otra cosa. Y hoy más que nunca de mujeres; y más ahora que las mujeres de todos los signos, derecha, centro e izquierda, son protagonistas de la vida pública. Sin entrar en lo que me gusta o lo que no, y pese a que le dé el día a alguno y alguna seguro que también, es genial que las mujeres tengan cada vez más protagonismo en la vida empresarial, publica y evidente de una sociedad que sigue siendo todavía dificilita, dificilita, dificilita. Veamos? colas de súper mediante, el día que en esa ristra de rostros en busca del último artículo (cuando la cajera te quiere matar de tarde que es...) me encuentre a algún colega de profesión, es decir, un hombre, me da ese ataque, pero de ansiedad positiva y muero como las moscas con el «ZZ paff». Corre que te corre, ni siquiera las magníficas jugadoras de nuestra selección de fútbol (la Roja femenina de esta España que adoro) arrasan criterios, ni artículos ni afición como se debiera? Y no te cuento la crítica encarnizada que se hace de juezas como Ayala por ser coqueta o tener «un par» detrás de una falda divina, un cuerpazo y una cara de guapa que «se rompe», o por ir perfecta a impartir una justicia que algunos no tuvieron valor para emular. Pese a ser detractora de los looks de Doña Letizia, sin embargo, es otra que también «con un par» hace de Felipe VI el rey con la dignidad de quitarle de una santa vez el título a quien, y lo digo públicamente, no se merece ni siquiera pertenecer por su actitud (no entro en valorar su culpabilidad?) prepotente al linaje de los grandes Borbones. O mujeres de bandera como las investigadoras, profesoras, catedráticas, escritoras y periodistas como mis queridas Charo Izquierdo o Cristina Fernández, y desde luego todas las mujeres que cada día hacen de este mundo un mundo mejor, y laboralmente mixto, bonito, de matices, de brillos, de sensualidad latente, de profesionalidad evidente y de amor por lo propio. Pero no? resulta que la Virgen María

(pero que blasfemia que use ese nombre este señor trastornado para decir las gilipolleces que le viene en gana...) era una ama de casa y todas, es decir, todas, y veinte siglos después y uno empezado? pues lo dicho, nos tenemos que volver a casa a lavar, fregar, limpiar, cuidar y hacer lo que nos corresponde. Bueno, pues va a ser que no nos da la gana señor Esteban. Que me excomulgue si quiere, agradecida si es por este digno motivo, pero no nos da la gana. Aquí nos quedamos, en la vida pública. Y lo que sí pido hoy domingo, agradeciendo a hombres como mi padre, mis amigos (políticos, profesores, maestros, parejas, ex parejas...) o a personas que, como José Botella, creen en las mujeres y apoyan su profesión cada día y tantas mujeres que te alientan a luchar, es que echen desde mañana de esa sede episcopal a este mastuerzo que me avergüenza a mí y a todas. ¡Fuera!! Que la Prehistoria ya pasó, y los dinosaurios van a los museos, y más ahora. Feliz domingo.