Querido Miguel Ors, ya sé que teníamos pendiente hacer una tribuna de despedida juntos, y que todavía tendremos tiempo de hacer, pero he querido adelantarme y escribirte estas palabras ya que vas muy liado últimamente, pues además de ser profesor de la UMH, director de la cátedra Pedro Ibarra y concejal independiente por el PSOE, en breve llevarás a tu hija al altar, y eso te tiene inmerso en mil preparativos para que todo salga perfecto. Durante estos cuatro años, hemos mantenido la buena costumbre de tomar a menudo un café en la universidad, simplemente con la intención de hablar y comentar asuntos de la vida política. Cafés donde ambos nos mostrábamos indignados por algún asunto casi siempre relativo a las formas de hacer política en la ciudad, pues nosotros hemos sido protagonistas directos de la misma. En otros, me has dado algún que otro sabio consejo que todavía conservo, y siempre me has dicho que pasar desapercibidos, con la que estaba cayendo, era bueno.

A veces nos hemos reído de anécdotas vividas en los plenos que rompían con la solemnidad que caracteriza a ese salón, como la desaparición misteriosa del bote que contenía un picudo que trajo Jesús Pareja, ¿te acuerdas? O tu tan comentado salto desde tu silla al pasillo, sorteando la barandilla, para ir al aseo, momento en el que algunos comentamos que te mantenías muy en forma. O tus intervenciones tan irónicas como satíricas sobre el programa cultural, que a muchos nos hacían reír. O tus ruegos, pleno tras pleno, solicitando mejorar la promoción del Misteri, empezando por nuestros colegios, a los que siempre te respondían lo mismo: «Ese asunto no procede tratarse aquí». Yo tampoco me libro, sabes que la mía fue cuando Antonio Rodes con tono de enfado, por unas declaraciones que yo había hecho sobre la forma de gestionar los mercadillos en el anterior mandato, me miró fijamente y me dijo que me iba a llevar a los tribunales y yo toda apurada, tras ponerle un mensaje a mi marido para contárselo, éste me contestó «algo habrás hecho». Después se aclaró todo y la cosa no pasó a mayores. Siempre te he dicho, y casi rogado, que deberías escribir un libro con las anécdotas de cada concejal durante estos cuatro años, pues seguro que habría algunas muy divertidas. También te quiero agradecer públicamente cuando en el pleno de febrero de 2014, quisiste que constara en acta tu felicitación cariñosa por mi lectura de tesis, fue un momento muy emocionante para mí.

Ambos somos docentes y hemos sido concejales independientes. Esta combinación ha hecho posible que hayamos podido actuar y hablar con libertad, otra cosa diferente es que se haya tenido en cuenta más o menos nuestras opiniones. No sé a ti, pero a mí últimamente hasta me han calificado de «experimento» por ser independiente y de ser una persona poco cercana al partido (claro, eso creo yo que significa ser independiente), ajena al proyecto (muy ajena diría yo, si eso supone saltarme la legalidad existente) y sin intereses por la ciudad (quien ha dicho esto último, no me conoce ni lo más mínimo).

Hay quienes no entendieron y nos criticaron por alguna foto que salió en los medios de comunicación y que se hizo durante el receso de un pleno en la que salíamos Sebastián Polo, Daniel Mc Evoy, y algunos concejales del PSOE, incluido tú. Desde aquí quiero aclarar que no se trató de ninguna provocación. El posar en esa foto tenía el único objetivo de demostrar a la ciudadanía que nos llevábamos bien y manteníamos una relación de respeto e incluso de afecto.

Quiero que sepas, aunque sé de sobra que no lo has echado en falta, que si hubiese dependido de mí, te habría otorgado la gestión de la concejalía de Cultura, y con ello no quiero desmerecer el trabajo de nadie. ¡Fíjate qué gesto! otorgar competencias a un concejal de la oposición y en este caso independiente, por el mero hecho de pensar que es la persona más preparada para desempeñar ese cargo. ¡Difícil de entender para muchos, seguro! Con ello se habría trasladado el mensaje de no hacer política con la cultura y además se habría añadido al equipo de gobierno un concejal de la oposición para enriquecer a la mayoría absoluta otorgada tan legítimamente por las urnas. ¡Esa idea me parece tan atractiva!

De igual manera, si hubiese dependido de mí, nunca le habría quitado las competencias de Salud y Consumo a Cristina, aun cuando tomó la decisión de ser concejala no adscrita. Actualmente todo anda algo revuelto, pero lo que sí parece que tendremos es un gobierno plural con reparto de competencias entre varios grupos políticos y eso obliga a llegar a consensos y a tener voluntad de diálogo. ¡Seguro que ambos nos felicitamos por ello! Seguiremos tomando café y seguiremos comentando la política local, eso sí, a partir de ahora como simples espectadores. Estaré atenta, como tantas veces, a recibir un correo tuyo con asunto: café y con la despedida «Invita la oposición».

Gracias Miguel, por estos cuatro años de amistad y por todos los siguientes.