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Desde mi terraza

Luis De Castro

Sensatez, prudencia y eficacia

Podría atribuir estas tres virtudes a nuestro aalcalde saliente, Miguel Valor, que esta misma mañana del miércoles 10 de junio de 2015 ha concluido su corta interinidad de unos meses ante una corporación municipal que, en pie y con un aplauso general, le ha despedido. Y como suelo y procuro aprovecharlo todo, como sucede con los derivados del cerdo (valga la comparación) en realidad esas virtudes de sensatez, prudencia y eficacia no son sino mis deseos y esperanza de que quienes a partir de ahora nos gobernarán las tengan muy presentes. Y porque media ciudad está contenta y esperanzada ante nuestro inminente futuro mientras la otra media está preocupada -cuando no algo asustada- ante el nuevo fenómeno de que un tripartito de izquierdas gobierne la ciudad durante los cuatro próximos años. No debería por tanto olvidar el tripartito que debe gobernar para todos y no solo para quienes comparten su ideología. Resultan absolutamente prioritarios los signos externos de que su forma de gobernar estará presidida por las tres virtudes citadas, ignorando a los agoreros, como la «exalcaldesa de las flores» que ya se ha apresurado a declarar que no llegarán a las elecciones generales de finales de año porque se matarán antes. Hay que ver? tantos años apoyando al movimiento feminista, y debo reconocer mi satisfacción porque esta señora, junto a la Condesa del asfalto madrileño, Nuestra Señora de La Mancha y la Fallera Mayor valenciana desaparezcan del mapa político. A lo que íbamos; no han estado acertadas las primeras manifestaciones de los aspirantes a la alcaldía alicantina como proponer que la constitución de la nueva corporación se celebre en la plaza del Ayuntamiento, o que de ahí salga una procesión acompañada por la banda municipal en dirección al puerto para homenajear a las víctimas del Mediterráneo. Eso, si se me permite decirlo, no es sino floclorismo que en nada favorece la convivencia ciudadana, que está pidiendo a gritos discreción y eficacia. Lo mismo que el espectáculo que se está ofreciendo para la designación de la persona que ostente la alcaldía entre los tres líderes de los partidos, unidos ahora para conseguir lo esencial y no lo accesorio. No podemos dar la razón a quienes vaticinan un desastre similar al ocurrido con el tripartito catalán de hace unos años, y la sana discusión de tantos temas urgentes a abordar no debe significar la paralización o demora de los mismos por excesivas, y por lo tanto estériles, discusiones.

Hay otro tema que me preocupa; suele suceder que en cada cambio de gobierno se produce el relevo de los responsables de las distintas áreas no estrictamente políticas, y eso, además de injusto en muchas ocasiones, puede conllevar un paso atrás. Los técnicos, si han demostrado validez en sus responsabilidades, no deberían ser movidos de su sitio por los cambios políticos, ya que hay directivos de entidades culturales o sociales estrictamente municipales o participadas que vienen realizando bien sus funciones; es de obligado cumplimiento la desaparición del «amiguismo» en aras de la eficacia. En fin, me parece que lo primero de todo es hacer desaparecer el miedo a quienes se consideran «vencidos», asegurándoles que la nueva corporación municipal gobernará para todos y no solo para quienes les votaron. A partir de ahí, el panorama está abierto y debe ser esperanzador. Y quiero terminar mi columna rectificando el «cabreo» que la semana pasada me produjo la visión de las dichosas sombras de Grey; este fin de semana nos visitó en el Teatro Principal un espectáculo modélico, Miguelde Molina al desnudo, que vino a demostrar la posibilidad de ofrecer entretenimiento inteligente sin excesivos medios económicos, pero contando con lo esencial: ingredientes de calidad e inteligencia. No hay más secreto.

La Perla. ... «La única garantía contra la esclavitud política es el freno que puede mantener sobre los gobernantes la difusión entre los gobernados de la inteligencia, la actividad y el espíritu público» (John Stuart Mill, filósofo y político ingles del siglo XIX)

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