Querido, supongo, señor Tormo, Egmidio, piloto, cabeza visible de Ciudadanos en Alicante y ex del PP. Me dirijo a usted desde mi mísera condición de funcionario de la Diputación de Alicante, miembro de la Junta de Personal, secretario general de una sección sindical de la misma (CSI-F) y, según interpreto de sus declaraciones, un puñetero sobrante, un prescindible, una rémora para el país.

No mal entienda mis palabras. Es mi interpretación. Y en lo de opinar e interpretar no me va a moderar ni usted, ni los políticos salientes, ni los entrantes ni los que vengan a la Diputación para marcarse un izquierda, derecha, al centro y pa´dentro. Qué, a la postre, lo que les interesa a todos, usted incluso, es el pa´dentro. Y en su caso, si además en el viaje se cepilla a los que se le cepillaron, pues como qué mejor, ¿verdad?

Mire. Quiere usted elegir al presidente de la Diputación valiéndose del poder bisagra del concejal-diputado de a 70.000 euros que tiene su formación en la Institución Provincial. Bien que lo veo. Y si por el camino le toca las narices a Císcar, pues bueno, todo legítimo y hasta divertido. Ahora es cuando entro yo.

A mí qué me importa este juego que se trae de venganzas, acuerdos, arrieros somos y aquí te he pillado, Dios me ha iluminado y Gandhi es un aficionado a mi lado. Le insisto, para que le quede claro. A mí qué más me da. Degüéllense entre todos si así les conviene. Yo, por mérito, capacidad, igualdad y con la preceptiva publicidad me dejé los cuernos y me saqué una plaza en la Diputación, esa guerra no es la mía.

Pero voy al grano, qué si no se hace largo el tema, y no es plan. Leo el sábado (sé leer a pesar de parasitar en la Diputación) que de lo primero que quiere cargarse en la Diputación de Alicante, una vez nombre usted al rey provincial, es la Red de Carreteras y el Área de Salud Mental. Vamos, que es usted o el que sea que venga de diputado en representación de Ciudadanos, un elefante desbocado en una tienda de Lladró.

Hoy, porque me apetece, le hablaré de la Red de Carreteras. A la sazón, un departamento que la vecina Diputación de Valencia externalizó a un coste del doble de lo que costaba el mantenimiento propio. Sí, la Dipu de Valencia, el garito que controlaba su examigo Rus, el contador de billetes, ché qué bó. El doble. Repito, el doble. Y lo más cachondo es que cuando se le requirió una explicación adujo su excorreligionario que no era un tema de ahorro económico, cágate lorito, si no de gestión. Vamos, lo que un mal pensante podría considerar como que algún colega tendría en cola para llevárselo calentito, que no digo yo que fuera así. Esto que le escribo (lo del ahorro y la gestión, no lo del colega) lo tengo documentado para que usted pueda hablar con conocimiento, y lo pongo a su disposición. Búsqueme si así considera, que es fácil encontrarme trabajando en mi puesto.

Fíjese que no le comento ni tan siquiera que el motivo por el que existen las Diputaciones es por su red de carreteras, ni le sugiero que se pegue una vuelta por aquellas que conserva la Diputación de Alicante y compare con las que están en manos de Conselleria, ni le hablo del trabajo que se desarrolla desde el departamento correspondiente. Sólo le estoy sacando cuentas, porque el trabajo está ahí, para verlo, no necesita justificación.

Eso no quita que esté de acuerdo en que en la Diputación sobra gente, incompetencias más que competencias, políticos de segundo grado que salen muy caros, asesores y amigachos enchufados. Sobran, y aprovecho estas líneas para ofrecer mi incondicional ayuda en la lucha contra ellos. Pero hágame un favor, hágase un favor a usted mismo y a su partido. Infórmese un poquito antes de disparar, que puede hacerse un Froilán y volarse un pie.

Respecto del Área de salud Mental, mañana le explicaré de qué va y el trabajo que hacen. Hoy no, qué el artículo ya es extenso. Pero le voy avisando. Está usted absolutamente perdido. Y no sé si este comportamiento suyo es voluntario, obedece a un total desconocimiento de la Institución Provincial, le interesa porque vende o lo hace simplemente, y disculpe la expresión, por joder.

Y si usted se mueve por cualquier de estos supuestos sepa entonces que con piedra ha tropezado, señor Tormo. Porque igual que me puso la cruz el actual PP gobernante y el PSPV opositor, me puede poner usted la de los Caídos si se le antoja. Por este camino me va a tener enfrente, no lo dude. Es por ello que, desde la humildad y de insistir usted en la sinrazón, le sugiero que nos deje en paz y juegue a la política con otro tablero y otras fichas, que haberlo y haberlas hay de lo uno y de las otras?

Por ejemplo, por decir algo, la Generalitat, esa quiebra con patas. Pero, ¡ay, señor Tormo!... Para meterse en semejante charco hacen falta tener las gónadas bien puestas y en el sitio (sí hombre, sí, las gónadas, lo que en vulgo hablar vienen a ser los huevos?)

A su disposición.