Más de veinte años no se borran de un plumazo porque marcan demasiado una vida. ¿Qué paso el pasado domingo, quién ganó? Podría empezar diciendo que hemos ganado, haciendo uso del plural mayestático. El pasado domingo ganó la ciudadanía, la gente ninguneada, saqueada y menospreciada. Y yo, que creía que nos habíamos hundido en la ceguera y que ya nadie distinguía el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, el ladrón de la gente honrada?. Pues equivocada andaba, ya nadie me repetiría: «Qué pasa en Valencia y Alicante, por qué gana siempre el partido de la corrupción?». Una cosa ha quedado clara, la Comunidad Valenciana ha recuperado la dignidad, parafraseando al director de este periódico. Una dignidad perdida, es lo que teníamos porque habíamos conseguido que la corrupción absorbiera nuestras señas de identidad. Lo reconozco, ni yo me lo podía creer. Si bien es cierto que el PP sigue siendo la lista más votada, el logro de arrebatarle la mayoría absoluta deja un sabor a victoria colectiva, un sabor a triunfo, el triunfo de una ciudadanía que ha dicho ¡Basta Ya!

Pienso, sin embargo, que es difícil designar un único vencedor. La ciudadanía ha hablado y ha conformado un mapa plural. La gente no ha querido dar un cheque en blanco a unas siglas determinadas, no se ha apostado por un solo ganador. La gente quiere asistir al ejercicio difícil e inteligente de hacer política para las personas y no para sí. La gente quiere obligar a los políticos a «sudar la camiseta», a negociar, a pactar, a ponerse de acuerdo y a ceder. Ceder, palabra mágica para la que hace falta sabiduría, saber hacer y cualidades personales que no todo el mundo tiene. Ahora la papeleta la tienen los partidos en la oposición. De ellos, se espera que sepan estar a la altura de las circunstancias y consigan, pese a egos, mayorías numéricas y criterios varios, conformar un gobierno en el que lo de menos sean las personas que ostentan cargos y lo de más sean los objetivos a conseguir. Se trata de dignificar la política y hacer, pero también de dejar hacer reconociendo el mérito ajeno cuando exista, aunque el tanto no me lo apunte yo. No me voy a pronunciar, de momento, sobre quién debe ostentar la Presidencia de la Generalitat. Quiero un gobierno de izquierdas, que haga una política de izquierdas, que devuelva la prioridad y la dignidad a los servicios públicos -Sanidad y Educación- y que contribuya a erradicar la desigualdad que está minando esta Comunidad. No voy a entrar en la guerra de titulares ni en el morbo de quién me gusta más o menos, porque yo, puestos a pedir, pues que el o la próxima Presidenta de la Generalitat sea de mi equipo de fútbol, algo imposible pero, por pedir que no quede.

En cuanto a los resultados obtenidos en la Ciudad de Alicante, a pesar de ser la lista más votada, el PP ha perdido demasiados concejales como para erigirse en partido ganador. Tres fuerzas han conseguido un empate técnico -al menos en concejales-, PSOE, Guanyar Alacant y Ciudadanos. Ciudadanos ha obtenido un resultado espectacular y sorprendente para una candidatura elaborada con mucha premura y sin experiencia previa en el Ayuntamiento. El voto de castigo al PP y la marca de su líder le han dado el impulso suficiente para ostentar esta segunda posición compartida. En cuanto a PSOE y Guanyar, ambos han quedado por debajo de sus aspiraciones. Discrepancias internas desde hace ya demasiado tiempo han lastrado a un PSOE local que tenía que haber superado la marca de hace cuatro años, «con la que estaba cayendo». En cuanto a Guanyar, el resultado no ha sido malo teniendo en cuenta el poco tiempo de vida de su candidatura y las piedras que ha ido encontrando en el camino. Entre ellas, cabe mencionar, el ninguneo de la prensa, el lastre de ser la marca blanca de IU, las disidencias internas y la falta de una mayor implicación de Podemos que, envuelto en conflictos internos e intereses de partido, ha optado por dar apoyo a esta plataforma de confluencia ciudadana con la boca chica. Sin duda, Compromís ha sido la fuerza revelación que entra con tres concejales en el Ayuntamiento. El trabajo realizado durante la legislatura pero sobre todo su cohesión interna, no he visto partido ni agrupación más unida junto a sus líderes, han sido claves para reforzar, a nivel local, una marca emergente que se asentaba en todo el territorio valenciano, incluida la Vega Baja. Lamento el resultado de UPyD. A pesar de mis discrepancias con este partido, su concejal ha realizado una buena labor en la oposición, pero como en el caso de la desaparición de IU en Les Corts, la política es a veces injusta. Con todos mis respetos y con toda prudencia, es pronto para decir quién ha ganado estas elecciones.