Los estados depresivos suelen caracterizar a personas ancladas en el pasado. Aquellas que prefieren recordar situaciones más felices que las actuales, o las que encuentran en los años vividos sólo un cúmulo de desgracias. Sea como fuere, prefieren escapar del instante en el que viven.

Por su parte, los problemas de ansiedad, que son los que con más frecuencia se tratan en las consultas de psicología, y cuyas causas pueden ser múltiples, se caracterizan por la tendencia de la persona que las padece a centrar su atención en el futuro.

Preocuparse viene a ser algo así como ocuparse antes de tiempo; cuando aún no disponemos de la posibilidad de afrontar un problema. Y si aún no es el momento de enfrentarlo, ¿cómo podremos solucionarlo? En su lugar nos desesperaremos barajando múltiples posibilidades. Con todo ello, se nos escapa el momento actual.

Si mañana tenemos que asistir a un examen, o van a practicarnos una operación, o anticipamos problemas para pagar las facturas del próximo mes, probablemente nos sintamos agobiados, angustiados, y con facilidad desatenderemos lo que ocurre a nuestro alrededor. Sin embargo, una vez superado el suceso que nos preocupaba, seguramente volveremos a centrar nuestra atención en otro problema futuro. Se trata de un hábito tan poderoso que puede llegar a condicionar nuestra vida.

La tercera forma de evitar el presente es la evasión. Ya sea mediante el consumo de sustancias psicoactivas, o sencillamente encendiendo el televisor. Curiosamente, los seres humanos tenemos una marcada tendencia a evadirnos de nuestra realidad. Pese a que sólo en ella, vivida en presente, podemos ser realmente poderosos.

Obligarse a permanecer en el momento actual es un excelente ejercicio para combatir la ansiedad, incluso para las personas que tratan de luchar por mantener la abstinencia de una droga como el tabaco. Ubicados en el presente, la necesidad de fumar es prácticamente nula, y del mismo modo, la angustia desaparece.

Una pregunta fundamental en todo este asunto sería ¿Para qué queremos evadirnos? A primera vista, podríamos responder que escapamos del momento actual porque estamos atravesando una etapa dolorosa que tratamos de evitar. Pero no siempre es así. En muchas ocasiones lo hacemos por imitación o aprendizaje vicario. Efectivamente se trata de un hábito muy frecuente a nuestro alrededor. Pero también podemos construir nuevos hábitos. A fin de cuentas, tratar de adivinar o suponer lo que nos depara el futuro es mucho más complicado que disfrutar del instante en el que nos hayamos.