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Contracrónica

Del Chill Out al Rock&Roll

«Ésta es la diferencia entre el crecimiento soufflé y el que va poco a poco». La interpretación que hizo una simpatizante de Compromís tras escuchar, cuando languidecía el escrutinio, el discurso más agradecido que triunfalista de su líder, Natxo Bellido, revela muy a las claras cómo fue la noche electoral en el hotel Abba Centrum, cuartel general de la formación el 24M. Compromís arrancó sin hacerse notar en un salón a media luz, con amplios sillones y relajante lámpara de agua, tanto que la estancia parecía más un rincón chill out que una sede electoral, porque además los hombres y mujeres fuertes de la candidatura no se dejaban ver: estaban reunidos en la séptima planta del hotel analizando el avance de resultados. Sólo Manuel Alcaraz, coordinador del programa electoral, bajó por dos veces a hacer valoraciones. En la primera renunció a hablar desde el estrado, por demasiado solemne, y lo hizo con prudencia obligada. En la segunda se le vio más seguro: el escrutinio les daba entrada en los ayuntamientos de Alicante y Elche, e incluso un par de poblaciones con mayoría de gobierno. Para entonces, el salón ya no estaba desangelado. Los primeros interventores, apoderados y simpatizantes habían llegado, y afloraban las expresiones de júbilo, los corrillos, los abrazos. Subió la intensidad de la luz a la vez que las voces y los gritos de «presidenta, presidenta» a Mónica Oltra, candidata al Consell, cada vez que salía en pantalla ganando escaños. A las 23 horas, y con el 100% del escrutinio, bajó por fin y por primera vez en toda la noche Bellido, con María José Espuch y Sonia Tirado, que le escoltarán en el Ayuntamiento. Con una chaqueta gris cuya formalidad rompía la chapa de Compromís y una amplia sonrisa, el líder se perdió entre los suyos, reacios a despertarse de una noche que acabó en rock&roll.

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