María José Catalá, consellera de Educación de la Comunidad Valenciana, vuelve al ataque en su afán personal y casi enfermizo de demonizar la jornada continua; y verán por qué lo digo. Los próximos días 28 y 29 de mayo se van a realizar en todos los colegios de primaria del territorio valenciano unas pruebas a los alumnos y alumnas de 4º de primaria. Se conocen como pruebas diagnósticas y sirven para evaluar el proceso de aprendizaje de nuestros niños. Pues bien, dentro de todos estos casi 460 colegios hay 30 que serán observados minuciosamente y con especial atención. Son los colegios que desde hace un par de años y de forma experimental tienen jornada continua. De las notas que saquen dichos centros educativos dependerá la implantación de la jornada matutina en el resto de colegios que ya la han solicitado para el próximo curso académico; ¡casi nada!

En otro gran ejercicio de irresponsabilidad, de cinismo y de mala baba, la señora Catalá, aupada por su director general de Ordenación de Centros e Innovación Educativa, Juan Pedro Valero, dejan que toda la responsabilidad de decidir la implantación de la jornada continua en la Comunidad Valenciana recaiga sobre los hombros y las espaldas de niños y niñas de 9 años. Ni siquiera a los hermanos Grimm idearon para sus madrastras o brujas un plan tan ruin y cobarde para desarrollar en sus cuentos. Nuestra consellera de Educación o bien nunca haya hecho un examen, o no es madre o demuestra una ignorancia preocupante, ya que no hay que ser un experto en educación, basta con haber hecho un examen en tu vida o tener una criatura a cargo para saber que el resultado de un examen siempre está sujeto a una multitud de factores, ajenos muchas veces al propio alumno, que van a determinar su nota. También es fácil de entender que cuando un alumno se enfrenta a una prueba extraordinaria (pruebas de ingreso, pruebas de la PAU, antigua selectividad, oposiciones y muy pronto las reválidas) los factores externos se multiplican, siendo muchas veces y por desgracia determinantes a la hora de cuantificar un resultado.

Para muestra un botón: colegio Azorín de Catral, donde mis hijos asisten a clase. Uno de los colegios de cuyo resultado en la evaluación diagnostica serán decisivos en la prolongación de la jornada continua. Pues bien, resulta que es uno de los colegios más numerosos de toda la comunidad, casi 1000 alumnos, uno de los colegios cuyas ratios están entre 26 y 28 alumnos por clase, tiene más de 120 niños extranjeros con verdaderos problemas lingüísticos, niños y niñas con necesidades educativas especiales a los que se les regatea horas de aprendizaje por la falta de especialistas, alumnos que se ven privados de clases durante 15 días cada vez que un profesor se pone de baja, chicos y chicas que en su tiempo de ocio comparten un patio pequeño, no por su tamaño sino por la cantidad de niños que alberga, donde juegan al fútbol con botellas y tapones de plástico porque los balones son elementos disruptivos por la falta de espacio. Podría seguir enumerando más y más factores que pueden influir en el resultado de la evaluación diagnostica de las narices y eso que omito los factores personales que cada chico o chica llevará en su mochila el día del examen. Pero no, para María José Catalá sólo la jornada continua es la responsable de las malas notas de nuestros hijos y de esas notas depende la continuidad de ese horario escolar. ¡Manda narices!

Señora Catalá, ya estoy harto, aburrido y cansado de que me tome por analfabeto, por inculto y de que usted haga y deshaga a su voluntad faltando muchas veces al decoro democrático. Así que buscando palabras o frases que expresen mi sentimiento, mi estado de ánimo y la fatiga que este tema me produce, he recurrido, como otras veces, al rico refranero español. Allí encontré una expresión muy apropiada para el tema que nos ocupa. Es un refrán que vale para indicar que una persona está confundiendo conceptos completamente distintos o haciendo un razonamiento absurdo; y es: «¿Qué tienen que ver los cojones con comer trigo?»; explíqueme por favor, qué tienen que ver las notas de unos 1200 niños y niñas de 4º de Primaria para que usted tome la decisión de jornada continua si o jornada continua no. Jornada continua que, por otro lado, se la están pidiendo a gritos buena parte de la comunidad educativa valenciana.