Celebró su sesenta cumpleaños con una representación de Teada, grupo compuesto por alumnos de diversas edades en relación con el Título de Experto en Arte Dramático Aplicado, uno de los cursos de la UA. Me refiero a Juan Luis Mira, autor de la eficaz dramaturgia y director de Estamos de viaje, la obra estrenada el domingo en el Arniches. Un trayecto de algo más de una hora, con destino al público, que termina como empieza aproximadamente. El espacio se llena de equipajes con los intérpretes en medio de una creativa contemporaneidad que se aleja del diseño realista. No se trata de vivir los personajes, sino de mostrarlos con diferentes formas verbales y físicas en el marco de una subrayada teatralidad. En este sentido, hay unas equilibradas y muy correctas actuaciones de Jesús Echevarría, Dulce Fajardo, Luis Ricardo Gaitán, Saray García, Noelia Lombard, Mariola Moya, Antonia Sánchez, Irene Serrano y Pere Villena. Nos hablan de un avión con rumbo a los paraísos fiscales o del tren de la solidaridad perdido. Figuras congeladas, acciones? Escuchamos frases sueltas, sentenciosas o intercaladas y monólogos breves. Evocaciones y apuntes de nuestro presente como lo de abandonar la estación del desempleo o huir para buscarse la vida. El sentido doble, la tragicomedia, lo poético y el ingenio sintonizan con las ilusiones rotas y los caminos inadecuados. Y un homenaje a Esperando a Godot, de Beckett, una de las esenciales piezas del teatro de absurdo sobre la búsqueda de la felicidad y la angustia de la existencia. O la evocación de Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Jardiel Poncela. Descumplir años y terminar en un «maravilloso orgasmo». Además, asoman trazos de otros textos de Juan Luis Mira al referirse al exilio de los perdedores. Entran y salen. Estaciones llenas de sueños aunque no duerman, desactivar sonrisas como si fuesen bombas o la necesidad de subirse a los trenes cuando pasan. El ritmo ligero nos guía y los actores contribuyen a seguir reforzando un desarrollo integral como individuos.
