Que la alcaldesa no tiene demasiado apego a IFA es algo que se ha evidenciado en estos cuatro años de mandato. No sé muy bien si es por no haber conseguido sus propósitos iniciales de introducir un cargo de su total confianza en la presidencia o por la deuda -más de un millón de euros al finalizar 2014- que la Institución Ferial mantiene con el Ayuntamiento ilicitano. Quizá los dos argumentos sean apropiados si comprobamos la manera de actuar de la regidora.

Ayer, ante unos 150 empresarios de peso, volvió a ser Alonso en estado puro. Por un lado, pidió la colaboración y el apoyo del tejido empresarial para tirar de la economía local y provincial, algo obvio y que queda muy bien en campaña; y por otra parte, incidió en la necesidad de que Elche y Alicante no sigan viviendo de espaldas. Esto último se lleva denunciando desde hace décadas, reclamaciones que han caído en saco roto si nos atenemos a los resultados. Es evidente que la suma de sinergias de ambas localidades -son la segunda y tercera ciudad de la Comunidad Valenciana- daría un potencial muy por encima del actual. Pero ese es un tema que deberemos aplazar hasta después del 24 de mayo, cuando surja un nuevo gobierno de las urnas y se vuelvan a abordar las mismas carencias que año tras año se han venido enumerando desde los diferentes agentes sociales y económicos de la provincia. Aquí se han dedicado a mirarse el ombligo y a hacer de palmeros del presidente del Consell de turno para seguir manteniendo su estatus. Lo del bien general ha sido surpefluo.

Lo curioso de esta alcaldesa, que no deja de ser un animal político y dar titulares aunque algunos vayan en su contra, es su continua contradicción. No puedes hablar a los empresarios de mejorar la colaboración con Alicante cuando a los pocos minutos afirmas en el mismo foro que no estás dispuesta a llevarte congresos a IFA porque los asistentes pernoctaran en Alicante, no en Elche, y claro ¿para dónde se van las perras...? De todo se trasluce cierto cinismo porque en el fondo se barre para la misma dirección: mantener la silla y asegurar el futuro político otros cuatro años a base de sólo mirar lo suyo. Hablar de crear y vender al exterior nuestra provincia ha sido y es -máximo en la campaña- una quimera. Algún día alguien hará los deberes, aunque para nuestra desgracia ya estaremos muertos.