En vísperas de una semana decisiva para la supervivencia deportiva e institucional del club, el Elche cumplió ayer con el trámite de la visita al Calderón sin cinco titulares en el equipo inicial y con la mente puesta en «la gran final» del próximo miércoles en casa ante el Deportivo. El resultado fue el previsible, aunque los franjiverdes no merecieron tanto castigo como indica el 3-0 final. Preservó de entrada Escribá a Damián Suárez y Lombán en defensa -ambos a una tarjeta de la suspensión-, del mismo modo que forzaron la quinta amarilla frente a la Real Aarón, Víctor y Pasalic. La plaza del lateral uruguayo y del central las ocuparon dos chavales de la cantera, Samuel y Gálvez, que mantuvieron la compostura, aunque el primero sufrió de lo lindo para cerrar su banda derecha con las internadas de Siqueira. Pese a tanto cambio, también resistió firme el equipo, que comenzó ordenado y valiente y aguantó el empate durante casi una hora frente al vigente campeón de Liga. Frente a un Atlético en el diván tras su dolorosa eliminación en el Bernabéu -en el que Simeone dio descanso a Arda, Miranda, Juanfran y Mandzukic-, el cuadro franjiverde jugó sin presión y dio buena imagen mientras le aguantó el depósito, aunque apenas inquietó a Oblak salvo en un remate fuera de Adrián. En los últimos minutos del primer acto los rojiblancos aceleraron el ritmo y asediaron al Elche, que tenía serios problemas para salir de su área. La tónica se mantuvo tras el descanso hasta que los de Escribá pagaron su flojera defensiva, que les costó tres goles en apenas 20 minutos. Fue el crevillentino Juanfran, que entró por el lesionado Siqueira, el encargado de desequilibrar la contienda con un buen centro rematado por Koke sin oposición alguna ante la pasividad de la zaga franjiverde, que no siguió el rechace de Tyton aprovechado por Griezmann. El segundo llegó tras un saque de banda en el que nadie molestó a Raúl García. El navarro conectó un zurdazo y el meta polaco lo vio tarde. La tercera concesión llegó a pase del ilicitano Saúl para el internacional francés en otra ingenuidad del Elche en su área. Mereció luego el equipo recortar distancias en sendas llegadas de Álvaro y Adrián, pero el partido era ya un mero trámite a la espera del Depor y de la decisión de Sepulcre, atrincherado y aferrado a su sillón presidencial.
