Estimados María Ramírez y Francisco Carrión Galera. En referencia a sus cartas enviadas a este periódico y publicadas el 10/04/15 (El precio de los implantes) y el 17/04/15 (El abuso de los dentistas), con directas alusiones a la institución que presido, el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante (COEA), he de transmitirles nuestro apoyo directo y sincero a la mayor parte de sus afirmaciones. A su lado estamos cuando dicen que existe «mucha propaganda de clínicas dentales en las cuales resaltan: Implantes desde 222 euros», como también es cierto que «el dichoso implante en realidad te cuesta más de 1.000 euros», como citan textualmente. Es verdad que son «engaños-abusos», como ustedes citan, así como que son unos «desaprensivos» quienes realizan este tipo de publicidades, a todas luces, engañosas. Lo decimos ahora, pero llevamos años advirtiéndolo. El COEA y el Consejo General de Dentistas lleva años denunciando esta situación ante las autoridades competentes en la materia y advirtiendo a los ciudadanos de a pie del engaño y, sobre todo, recomendando a la población que acuda a su dentista de cabecera, a dentistas sin asteriscos en sus precios, a profesionales que les hablan del coste de un tratamiento completo, sin sorpresas.

El Colegio de Dentistas de Alicante está realizando un gran esfuerzo para llevar a las clínicas y a los medios de comunicación nuestra firme respuesta ante estas situaciones. Hemos invadido con carteles, revistas y dípticos las clínicas de la provincia, hemos realizado, y seguimos en ello, publicidad en este periódico que ahora nos acoge. También hemos denunciado la proliferación de clínicas, la precariedad laboral de los dentistas recién licenciados, muchos de los cuales se tienen que marchar de España para poder trabajar dignamente. Y hemos exigido que no se creen nuevas facultades de Odontología, porque cuantos más dentistas, más precariedad. Y peor calidad asistencial. Y seguiremos en estas batallas.

Ahora bien, no podemos estar de acuerdo en una cosa. Los dentistas no cometemos abusos. Los tratamientos dentales son caros. Porque la formación de un dentista es muy cara, como el aparataje necesario para el diagnóstico y la atención al paciente. A ello hay que sumar lo complicado que es abrir, y mantener, una consulta abierta. Es muy costosa la inversión inicial, sin ningún tipo de subvención por cierto, los seguros, las licencias sanitarias, protección de datos, revisiones de aparatos, recogida de residuos peligrosos, los laboratorios dentales?

La prueba de que no cometemos abusos está en sus palabras. A pesar de que un implante nos lo anuncien por 200 euros en las clínicas «los cost», al final sale por mil y pico. Usted mismo lo dice. Es que es lo que cuesta. Por ello, este debate debe trasladarse a otros derroteros y, desde el Colegio siempre hemos defendido que la Seguridad Social amplíe los tratamientos odontológicos que tiene en su cartera. Todo lo relacionado con la medicina es caro, pero el Gobierno cubre casi todas las necesidades menos la Odontología. ¿Sabe cuánto le costaría escayolarse un brazo roto? ¿Y la colocación de tres stents en las arterias?

Por tanto, denunciamos lo mismo que ustedes, los engaños en publicidad, defendemos lo mismo que ustedes, una sanidad pública que se haga cargo de tratamientos odontológicos. Y les aseguro que, ante todo, apostamos por los «dentistas sin asteriscos».