Me da la sensación de que las personas que rigen los destinos del país, cada día desvarían más. Ahora resulta que aguantar estoicamente los ajustes y recortes que nos han impuesto durante la crisis, es ser «patriota».

Esto lo dice, y se queda «tan ancho», nada más y nada menos que don Luis María Linde, gobernador del Banco de España. El gobernador del Banco de España ha defendido la política económica del Gobierno. En su opinión, España ha sido un ejemplo por su forma de actuar para salir de la crisis porque las reformas laboral, financiera y el ajuste del gasto público han contribuido a la recuperación de la economía.

Parece ser que el señor Linde ha negado que la política del Ejecutivo sea de «austeridad» y ha preferido definirla como «de sentido común» y «patriótica» porque ha buscado «apartarse de un camino que lleva a situaciones imposibles e insostenibles».

El señor Linde rechaza de plano que se llame austeridad a la corrección de desequilibrios «insostenibles» como el déficit de la balanza de pagos registrado entre 2007 y 2008 y el desfase de las cuentas públicas de entre el 9% y el 12% entre 2009 y 2011. En sus palabras: «El mercado percibió muy pronto la seriedad de las medidas que se adoptaron desde 2012. Llamar austeridad a corregir desequilibrios no se ajusta a la realidad. Lo que se hizo fue de sentido común».

Creo que el señor gobernador del Banco de España debe haber sufrido poco a nivel personal el efecto de estos ajustes y recortes. Deberíamos recordarle que toda esta dura política no emana del propio Gobierno de España, sino que viene impuesta desde Europa, más concretamente desde Alemania.

Las duras medidas de austeridad y recortes que han adoptado algunos países europeos no están resolviendo los problemas, sino que los están agravando aún más. La tasa de desempleo no baja y cada vez hay más personas sin hogar y en el umbral de pobreza.

La austeridad expansiva que defendía el economista austriaco Hayek, es una doctrina fallida. Recortar el gasto en una crisis no sirve para crecer, sino para decrecer. Es lo mismo que reducir los ingresos, no poder compensar los gastos y otra vez la necesidad de más recortes.

¿Soluciona una crisis aplicar medidas de austeridad económica? Keynes, el otro grande de la economía, nos diría que no. Keynes defendió siempre las políticas de estímulo económico: «La expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal». El único camino para salir de la crisis es incrementar el gasto público, cuando el sector privado está parado. Porque el gasto público induce el gasto de los consumidores y la inversión de las empresas.

Debemos ser conscientes a estas alturas de la crisis de la economía mundial, de que estamos ante una crisis estructural del capitalismo, más profunda que la de los años 70 y comparable a la de los años 30, y que no será tan fácil dejarla atrás.

Seguramente Keynes nos diría ahora que las políticas de austeridad no sirven para salir de la crisis, cualquier persona medianamente despierta lo tiene que advertir.

Estados Unidos, que aplica en su economía medidas expansivas o keynesianas, ha obtenido mejores resultados en la lucha contra la crisis que Europa. La primera economía mundial vuelve a tener el mismo número de apersonas con trabajo que antes de la crisis. En total, 138,4 millones de estadounidenses tienen empleo, los mismos que en enero de 2008, cuando el mercado laboral comenzó una desplome espectacular que le llevó a perder 8,7 millones de empleos en 24 meses.

El crecimiento de la economía estadounidense está pulverizando todas las previsiones. La estimación anterior cifraba el aumento del PIB en el tercer trimestre del año al 3,9%. Los analistas esperaban para hoy una moderada revisión al alza, hasta el entorno del 4,3%. Sin embargo, el dato final publicado por el Departamento de Comercio ha disparado este porcentaje hasta el 5%, el más alto desde diciembre de 2003. La drástica revisión al alza del PIB se debe, principalmente, a un mejor comportamiento del consumo y de la inversión empresarial. El consumo aumentó en el tercer trimestre un 3,2%, muy por encima de la estimación anterior, del 2,2%.

Pues mire, señor Linde, lo que puede conseguir un país para salir de la crisis sin entrar en una política de ajustes y austeridad máxima. Veremos cómo queda España cuando por fin pase la tormenta. Las secuelas de todas estas políticas dejarán huella perpetua en la economía española y, lo que es peor, en la situación personal de cada uno de los españoles y españolas.